Primero la pifia, ustedes
disculpen. Me equivoqué de día (¿sería la incipiente
presbicia?) y la sesión de teatro (“Les filles de Lalla
Mennana”) que ayer les comentaba…. está prevista en Tetuán
para el próximo viernes 14 de diciembre. Pero donde no yerro
es en mi contrastada percepción sobre la tensa situación
actual de las relaciones hispano-marroquíes de alto nivel:
¿congeladas?... No diré eso, pero desde luego Rabat las
tiene digamos que ralentizadas. Se mantienen, claro, los
canales pero, qué voy a decirles, cuando el otro día y tras
la intención del senador Yahya Yhaya de poner pie en el
islote de Perejil el ministro Moratinos quiso recabar la
opinión de su homólogo marroquí… este rehusó ponerse al
teléfono. ¿Solo un feo?. Como es sabido hay sobre medio
millón de ciudadanos residiendo ilegalmente en España, pero
las empresas españolas (y el mismo Estado) tienen invertidas
en Marruecos millonarias cantidades que superan, bastante,
lo reconocido oficialmente, inversiones que -no lo duden-
serán utilizadas si fuere necesario por Rabat como…
¿”escudos” económicos?. El señor Zaldo y sus plutócratas
protectores podrán decir -volver a proclamar, como durante
la grave crisis de 2002- que no pasa nada y va todo viento
en popa. Siento disentir.
Avanzo por lo demás algunas percepciones. Primero y en
cuanto al embajador dudo que vuelva a Madrid antes de que
acabe el año, aunque podría retomar su puesto antes de las
elecciones españolas del 9 de marzo de 2008: no creo que la
diplomacia marroquí quiera dejar a culo pajarero al
Presidente Zapatero… salvo que -remota pero latente
posibilidad- el gobierno de Abbas El Fassi (con serios
problemas internos, como era de prever) apueste por reforzar
al Partido Popular y me explico: el nacionalista e islamista
Partido del Istiqlal fue invitado en su momento por Aznar
para formar parte de la Internacional Liberal -que me aspen
si tiene sentido ideológico-, mientras que tres conspicuos
“istiqlalíes” asistieron al XV Congreso del PP en el que fue
elegido Mariano Rajoy, por no hablar del interesante
encuentro del pasado verano… Todo es posible.
También creo que seguirá adelante la concentración desde
Nador contra la frontera de Ceuta entre el viernes o sábado
de la semana que viene. Y bienvenida sea porque con ella
queda fuera de juego (Rabat no llegó a prohibirla
formalmente) la ocupación de El Perejil por el tal Yahya,
que obligaría a su desalojo -en base al acuerdo pactado, que
no escrito, en su momento- por la Guardia Civil y la
consiguiente reacción de la Gendarmería Real, abriéndose
otra vez la tapa de los truenos con efectos impredecibles;
faltaría solo que alguien (no importa el color del uniforme)
se pusiera nervioso y echara el dedo al gatillo.
El tal Yahya se reunió el pasado viernes 30 a dos bandas con
el caíd de Tlata Tagram (pueblecito sito en las
estribaciones de la sierra del Hauz al que corresponde la
jurisdicción de la costa que da al dichoso islote) y un
conocido ciudadano de Ceuta, Mohamed Hamed Alí, quien pese a
su talante promarroquí templó una vez más gaitas (también lo
hizo durante el Ramadán) intentando rebajar la tensión, como
bien saben en tierra caballa y si lo dudan péguense un
garbeo por una real plaza. La realidad no es ni blanca ni
negra: es gris; muy gris.
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