Por norma se trata de un fenómeno que suele coincidir con la
irrupción de la primavera. Con las primeras oleadas de aves
migratorias, que cruzando de nuevo el Estrecho de Gibraltar,
alegran nuestros cielos. Van o vienen . ¿Quién sabe?
Aunque el precepto se ha roto, la estación no coincida, tal
prodigio se ha vuelto a dar. Cosa extraordinaria en formato
de rumor, con miras apuntando hacia la tan traída y llevada
pista de atletismo. Las aves, aunque en menor cuantía,
siguen surcando nuestros límites. Los pájaros, para que
todos nos entendamos, continúan con su ordinario gesto de
mirar hacia abajo. Con aleteo cansino desean ansiosamente
hallar el aro olímpico. Donde por unos instantes poder
posarse y encadenar algún que otro ejercicio de
estiramiento, con los que conseguir relajar su cargada
musculatura.
Lista de prioridades
Que podamos recordar, idéntico interrogante: ¿de la pista
qué?. Calcada réplica de estos simpáticos plumíferos: ¡de la
pista «ná»!. Y vuelta a empezar. Será a la siguiente visita
de nuestros fieles turistas, cuando se cumplan sus deseos.
Habrá menesteres de mayor interés que sacar adelante en esta
tierra. Por encima, una larga y rigurosa lista de
prioridades con la que paliar necesidades de ciudadanos,
jóvenes, cincuentones, de todas las edades. De los que
prefieren substanciales conciertos de pájaros cantores en el
incomparable marco del parque del Mediterráneo o, tal vez,
de aquellos que optan por un maratoniano seguimiento de
otras del género, que como el morinelo - ave del tamaño de
una paloma, bordeada de negro por delante del buche - nos
saluda cada docena de meses antes de continuar viaje hacia
el centro y norte de Europa.
Hasta aquí, todos de acuerdo. Lo primero es lo primero,
luego lo que venga y los demás que no se impacienten. Y, en
eso que ha de llegar, cuando llegue, si es que llega, no
podemos coincidir con el dinámico y admirado D. Emilio.
Verdad es que lo sentimos pero, sus deseos, proyectos y
objetivos están errados por mucho que se empeñe en demostrar
lo contrario. Conocemos los paños que visten al vitalicio
mandamás de la Federación de Fútbol de Ceuta - no de
Melilla, plaza que perdió en su momento- y, podemos dar por
sentado que es de los que cuando la sigue.....pieza al
zurrón. Es de esperar que, por esta vez, no se salga con la
suya. Triunfe la sensatez.
Atletas y futbolistas
Afectuosa lista de sutilezas, que no en vano le dedicamos a
nuestro sagaz presidente federativo, por mor y causa de
fijar sus miras en lo que será la «Pista de Atletismo Ciudad
de Ceuta». Ya la tiene bajo estudio y una vez más «profet la
ocasión». Valga la expresión gala. Cuatrocientos dos metros
con treinta y cuatro centímetros de contorno, seis calles,
graderíos y el relleno, la zona central lo que sobra y está
sembrado de verde césped... “para uso y disfrute de mis
peloteros”. Aquí no hay más que hablar. Lo dice y sentencia
D. Emilio.
La cuestión es que se trata de unas instalaciones que
esperan los atletas ceutíes desde no poco tiempo. Un logro
que a buen seguro, quienes practican esa disciplina también
conocida por el Rey de los Deportes, no van a admitir
compadreo alguno. Entre otros pormenores porque, además de
carreras (veintitrés pruebas masculinas y catorce
femeninas), ese pretendido vacío sirve de escenario para
desarrollo de saltos y lanzamientos, entiéndase: altura,
longitud, triple salto, salto con pértiga, peso, disco,
jabalina, martillo, etc, etc.
Benoliel, A. Murube, Martinez Pirri
Todos nos tendríamos que congratular con la llegada de una
pista de atletismo a la sociedad deportiva ceutí. Atletismo,
base de todas las demás disciplinas deportivas, incluido el
fútbol y sus atléticos futbolistas - velocidad, fondo,
saltos,.... - . Pero, cada uno en su sitio. De terrenos de
juego para uso y disfrute del deporte rey, en Ceuta, por
fortuna, nos encontramos suficientemente bien dotados.
Están más que comprobados los perjuicios ocasionados en
instalaciones compartidas, tipo pista de
atletismo-rectángulo de fútbol en su interior. Desastre
seguro, apenas transcurridos un par de años de su
inauguración. Sin ir más lejos tenemos referencias en
tierras almerienses, donde a poco tiempo de la celebración
de los Juegos del Mediterráneo el estado de la pista, donde
se disputaron pruebas atléticas y fútbol, es más que
lamentable. En la actualidad, las autoridades deportivas del
lugar se vienen planteando nuevos libramientos, siempre
inoportunos presupuestos económicos, para de nuevo dejar las
cosas en su sitio.
Claro que aquí podría ocurrir como en lo del cuento de la
lechera, lo de vender la piel del oso antes de cazarlo o,
¿por qué no?, finiquitar como hemos empezado inspirándonos
en cuestiones biológicas: desplumar la perdiz, antes de
abatirla.
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