|
En innumerables ocasiones he
criticado las declaraciones y actuaciones de la formación
liderada por Mohamed Alí por muchos motivos pero, en todas
las ocasiones, reprochando los condicionantes de sus
reflexiones dirigidas, en todo momento, en beneficio de un
único colectivo obviando al resto de la sociedad caballa.
En esta ocasión, mi reflexión es totalmente diferente y se
refiere a las últimas declaraciones efectuadas por el
portavoz de la UDCE en contestación a las maliciosas
manifestaciones de las juventudes de EA solicitando la
devolución de Ceuta y Melilla a Marruecos al objeto de que
el reino alauí aceptará la realización de un referéndum de
autodeterminación en el Sáhara y a las posteriores
reacciones del Gobierno marroquí con motivo de la visita de
S.M. los Reyes a nuestra Ciudad.
Debo congratularme por las respuestas dadas por el líder de
la oposición en la Asamblea. Declaraciones contundentes en
consonancia con las efectuadas en ambas ocasiones por Juan
Jesús Vivas y Juan José Imbroda.
Por todo ello, deseo, en primer lugar, solicitar excusas a
la formación UDCE por las ocasiones en las que he puesto en
duda su defensa de la españolidad de nuestra Ciudad y, en
segundo lugar, felicitarles por las declaraciones efectuadas
que demuestran una realidad aun desconocida de este partido
político.
No obstante, sería beneficioso para la ciudadanía, en
términos generales que, a partir de este momento, las
políticas desarrolladas por la UDCE se dirigieran a todos
los colectivos que conviven en nuestra Ciudad, sin
discriminaciones. Las carencias sociales alcanzan a
cristianos, musulmanes, hebreos e hindúes sin distinción
aunque, el número de afectados sea superior en alguno de
ellos.
En definitiva, deseo realmente admitan mis sinceras
disculpas así como, que los responsables de esta formación
tomaran en consideración mi humilde pero, sincera reflexión.
Todos los ceutíes nos beneficiaríamos de esta renovada
aptitud que influiría directamente en la consecución de un
objetivo soñado por todos, la convivencia real en nuestra
sociedad.
|
OPINIÓN / AL SUR DEL SUR
