La urbanización y desarrollo del
área de Loma Colmenar y, más cerca del casco antiguo de la
ciudad autónoma, de la zona de Huerta Téllez, está llamada a
cambiar a medio plazo la ubicación del centro neurálgico de
Ceuta. Una ciudad con tan escasos terrenos, como no se
cansan de lamentar con toda la razón los representantes
institucionales, no podía seguir renunciando a crecer hacia
una de las partes que, sin atacar sus rincones
medioambientalmente más valiosos como el Monte Hacho,
permanecían casi vírgenes.
La colaboración de la Administración General del Estado, que
ayer dio en el Consejo de Ministros su visto bueno
definitivo a la inversión de 48 millones de euros en Loma
Colmenar para construir 600 viviendas protegidas para su
adjudicación en régimen de alquiler a los sectores más
necesitados, y la Ciudad Autónoma ha sido ejemplar en este
sentido.
Ambas instituciones han colaborado codo con codo en el
planeamiento y desarrollo de un espacio que tendrá como
bandera el nuevo hospital de Ceuta y una zona residencial de
capital importancia para la reforma y rehabilitación del
Príncipe Alfonso, con todo lo que ello implica.
Si esta barriada ha llegado a convertirse en lo que es o ha
sido durante los últimos ańos ha sido también por la dejadez
con la que se le ha tratado en muchas épocas. Que el
Príncipe deje de ser el patio trasero de la ciudad, donde lo
que ocurre tiene escasa trascendencia mientras se mantenga
en sus límites, es una de las mejores noticias que pueden
darse actualmente en la ciudad.
Loma Colmenar, donde está previsto además que se instalen
más de una treintena de empresas; Huerta Téllez, donde se
levantarán algunos de los edificios más modernos y con
mejores vistas de Ceuta, y su entorno serán más pronto que
tarde parte del verdadero corazón de la ciudad. La fuerza de
sus latidos servirá, además, para irrigar un área de gran
potencialidad que amenazaba con gangrenarse.
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