Bendito día ha resultado hoy, por ayer, en que el clima
ceutí hace feliz a uno. De verdad, es la primera vez en
cuarenta y tres años que puedo salir a la calle en mangas de
camisa en pleno diciembre. Si hubiera salido así a la calle
en Mataró lo más seguro habría sido que me enviaran a la
unidad de cuidados intensivos del Hospital General, aquejado
de una pulmonía triple (aunque tenga dos pulmones, el
estómago también atrapa pulmonías).
El magnifico día queda un poco empañado por la noticia del
fallecimiento del segundo guardia civil. Salir de una muerte
cerebral era tremendamente difícil. Con ello se confirma la
teoría de la involución de la banda terrorista que ya no
tiene, a los ojos de todos los españoles, el papel de
valedora de determinado pueblo sino el de una banda de
criminales vulgar y siniestra. Esa banda ya no representa
los valores democráticos de una Comunidad, ni de cerca, sino
que representa a unos esquizofrénicos y paranoicos
inquilinos de manicomio sueltos por ahí.
Ante el incremento de muertos por atentado que se viene
desarrollando desde que supuestamente se rompió la tregua,
que por otro lado nunca existió, con el atentado de la T4,
conviene que los políticos peperos se callaran sobre sus
intenciones y se dedicaran más a colaborar con el Gobierno
de manera efectiva en la solución del mayor problema que
tiene el país. Seguir la política de “divide y vencerás”
solo conduce a otro desastre.
Marear a la perdiz no se le da bien a los peperos cuando su
intención es que “los tontos” caigan en el bote y les voten.
Por suerte, muchos españoles saben ya de que pie cojean y si
tienen conciencia del bien y del mal, los españoles que
creen en ellos, sabrán a que atenerse ante esas actitudes
que retratan muy mal al país.
La demostración que han realizado durante la concentración
de condena al atentado de ETA y donde todas las fuerzas
políticas con representación parlamentaria han desfilado
tras la pancarta, acertada, “Por la libertad. Para derrotar
a ETA” de manera unitaria, por fin, ha quedado empañada por
la actuación de los grupos ultras.
Los ultras han salido de las catacumbas, donde se
encontraban rumiando un imposible, crecidos con la actuación
del PP por su confrontación frontal contra el Gobierno, y
han situado en el eje central de la política española la
lucha contra el terrorismo. Esto no tenía que haberlo
aceptado el PP, que por otro lado está desquiciado aún por
el castigo que le infligieron los españoles en las urnas a
causa de su nefasta actuación en la matanza del 11-M, ya que
con ello está dando alas a un desproporcionado protagonismo
a los grupos ultras, que han tomado la calle bajo la bandera
española y bajos las alas de la gaviota del PP. Por si no lo
saben, los ultras están al mismo nivel que los etarras. Ya
llegará el día en que se podrá demostrar públicamente todos
y cada uno de sus actos.
La convivencia del país, ya lo escribí en el artículo de
ayer, ha sufrido un enorme daño ante esta alegre y
disparatada actuación pepera de jugar junto a unos sectores
totalmente antidemocráticos que ahora se resisten a
desaparecer de la escena cotidiana y conlleva que la
manifestación de ayer presentara un aspecto que no es ajeno
al clima preelectoral
Sabemos, a ciencia cierta, que muchos de esos ultras están
asentados en asociaciones que aparentan luchar contra el
terrorismo, caso de la AVT, y que han enrarecido el ambiente
de los actos de duelo y de condena. Lamentable postura de la
AVT, cuyo presidente cree que puede dictar la política
antiterrorista del Gobierno cuando ni un dedo movió por lo
del 11-M contra los verdaderos culpables de aquel atentado.
Dios mío, no los perdones porque saben lo que hacen. A
conciencia.
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