De vergonzosas debo catalogar las
declaraciones efectuadas por el presidente de la Comisión
delegada de la Ejecutiva Federal, Salvador de la Encina
criticando al insigne ceutí, Francisco Olivencia, Medalla de
Oro al Mérito en el Trabajo, Medalla de la Autonomía,
concejal, diputado y senador. Persona cabal que ha defendido
los intereses de nuestra Ciudad en todos los foros donde ha
tenido participación y que por supuesto, goza de las
simpatías de todos sus conciudadanos.
Don Francisco Olivencia, alejado de la vida política por
decisión propia continua ejerciendo una de sus aficiones
favoritas, escribir a través de su columna de opinión en un
medio escrito de la Ciudad y con ello, hace participe a sus
vecinos de sus propias reflexiones las cuales, pueden gustar
en mayor o menor medida.
Incendiarios son todos aquellos que manipulan la información
transformando lo blanco en negro cuando todos conocemos que
es blanco blanquísimo. Incendiario es quien se dedica a
negar lo que el máximo representante del Gobierno de la
nación prometió en el Salón del Trono a todos los ceutíes.
Incendiario es quien arremete contra todos aquellos que
discrepan de las tesis oficialistas y por supuesto,
incendiario es quien confronta a dos o más colectivos con
falsos argumentos.
Ceuta ha perdido 25 millones de euros adicionales que
paliaban la perdida de fondos comunitarios por el llamado
efecto estadístico mientras que otras comunidades en su
misma situación no. El Gobierno de España ha decidido
unilateralmente negar a los ceutíes la posibilidad de seguir
creciendo económicamente.
En definitiva, el que ocasiona un incendio social es quien
incumple las promesas realizadas argumentándolas con
falacias, datos inexactos e insultos. Los ceutíes conocen
perfectamente quienes son estos personajes y el próximo mes
de marzo decidirán en las urnas respecto a sus preferencias.
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