El ceutí, Francisco Sánchez Montoya, miembro numerario del
Instituto de Estudios Ceutíes y del Centro de Estudios
Históricos (CEHME) de la Universidad de Zaragoza, además de
Premio nacional Edc.2001, Manuel Azaña de investigación
histórica, participa desde ayer y hasta el próximo sábado
día ocho del presente mes de diciembre en un Congreso en la
capital de Cuba, La Habana, donde presentará una ponencia
sobre un preso deportado desde Venezuela y fundador de una
Logia Masónica en Ceuta, el cual fue Francisco Isnardi,
masón español, forjador y héroe de la independencia
venezolana.
Hace unos meses, el miembro numerario del Instituto de
Estudios Ceutíes, Francisco Sánchez Montoya, recibió del
CEHME, de la Universidad de Zaragoza, del cual también es
miembro numerario, una carta sobre la posibilidad de poder
participar en el Simposio Internacional de Historia de la
Masonería Latinoamericana en La Habana, debido a los
conocimientos que tienen de las investigaciones de Francisco
Sánchez sobre la masonería en Ceuta.
Sánchez Montoya, al recibir esta invitación remitió a la
Universidad de Zaragoza los últimos estudios realizados y el
hallazgo de una logia masónica en Ceuta en el trienio
Liberal, ósea en 1820, que se llamaba “la Antorcha de
Ismael”.
Según comentaba el miembro del IEC este hallazgo ha sido muy
importante ya que hasta ahora en esa época tan sólo se
tenían referencia de cinco Logias ignorando la de Ceuta, por
lo que tras estas investigaciones hay que sumar la de Ceuta
a los nuevos estudios que se realicen.
Francisco Sánchez destacaba a nuestro rotativo que esta
Logia la fundó un médico que trajeron preso al Hacho desde
Venezuela en 1813, tras encabezar la Independencia
venezolana.
La historia este médico gaditano de nacimiento, pero
venezolano de adopción y su vinculación con Ceuta es muy
interesante, ya que unos años antes de ser deportado a Ceuta
fue uno de los protagonistas de los acontecimientos que
marcaron la turbulenta historia de la primera República de
Venezuela en 1811.
En aquella fracasada empresa separatista no empuño las
armas, sino que combatió con carácter en las filas
revolucionarías con su palabra y su pluma. Sus dotes
intelectuales y sus méritos cívicos le valieron el
nombramiento de Secretario del Congreso Nacional y con tal
calidad estampó su firma al final del texto de la
Constitución promulgada en Caracas el 5 de julio de 1811, un
texto del que él había sido el principal artífice.
El miembro numerario del Instituto de Estudios Ceutíes
destaca que toda esta aventura independentista tuvo su final
el 25 de julio de 1812 con la capitulación, aprobada por
Miranda, En abril de 1813, el Consejo de Regencia de España
ordenó su traslado al presidio de Ceuta (España), estuvo
preso hasta la sublevación de Rafael de Riego en 1819.
Sánchez Montoya comentaba que todos sus compañeros
confinados regresaron a América, pero Francisco Isnardi
prefirió quedarse. Había sido nombrado en marzo de 1820
secretario del Ayuntamiento Municipal de Ceuta y más tarde,
en diciembre de 1820 se le nombra secretario del Comandante
General de Ceuta, Brutón.
En 1820 nace la primera Logia Masónica en Ceuta
Continuando con la ponencia que ofrecerá La Habana en el
Congreso inaugurado ayer, bajo el título “Francisco Isnardi,
masón, español, forjador y héroe de la independencia
venezolana (1775-1826)”, Francisco Montoya comentaba que
Francisco Isnardi, fue orador en las reuniones y fue uno de
los impulsadores de la Logia masónica en Ceuta en 1820,
reuniéndose en el “Callejón de la Zigarra”. Su estamento
social estaba determinado por su amplia presencia de
militares salvo tres civiles, entre ellos Francisco Isnardi,
siendo uno de sus principales miembros el Comandante General
Gómez de Brutón.
Los miembros de esta Logia variaron pero siempre sobre 57
miembros. Era una Logia pobre de recursos y de figuras, pero
en la que se llevaban a la práctica todas las consignas
propias, con un gran enfrentamiento con el conservador
Obispo de Ceuta Rafael de Vélez. La vida de esta Logia
estuvo dominada por la política del trienio constitucional,
hasta que en junio de 1823 quedó disuelta, por el Rey
Fernando VII.
Tal y como recoge la página web de este simposio, los
organizadores tienen como propósito que este encuentro
académico en la capital cubana sea el espacio para presentar
y debatir trabajos que promuevan un mejor conocimiento de la
historia de la masonería latinoamericana y caribeña, y, de
sus relaciones con otras instituciones homólogas de España,
Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, y otros lugares del
mundo durante el siglo XIX. Será, también, lugar de debate y
estudio sobre aspectos metodológicos, teóricos y técnicos
para el estudio e investigación del tema de la masonería.
El estudio de la masonería se extiende a aquellas masonerías
que en su día dependieron de la masonería española, como las
de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Estados Unidos, Marruecos,
Turquía, etc.
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