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política - JUEVES, 6 DE DICIEMBRE DE 2007


votaciones pasadas. archivo.

XXIX aniversario de la constitución
 

El voto, la mujer y la ética

El sufragio femenino será el protagonista
de la conmemoración del XXIX aniversario de la Constitución Española de 1978 en el Salón del Trono del Palacio autonómico
 

CEUTA
Gonzalo Testa

local
@elpueblodeceuta.com

Y la líder feminista Clara Campoamor dijo: “Señores diputados: lejos yo de censurar ni de atacar las manifestaciones de mi colega, [la diputada radical-socialista] señorita Kent, comprendo, por el contrario, la tortura de su espíritu al haberse visto hoy en trance de negar la capacidad inicial de la mujer. Creo que por su pensamiento ha debido de pasar, en alguna forma, la amarga frase de Anatole France cuando nos habla de aquellos socialistas que, forzados por la necesidad, iban al Parlamento a legislar contra los suyos”. Otorgar el sufragio femenino fue uno de los asuntos que provocó vivos debates en las Cortes Constituyentes de 1931, donde la radical Clara Campoamor, contra el criterio de sus compañeros de grupo, temerosos de que la influencia del clero sobre el electorado femenino otorgase bazas a la derecha, defendió con firmeza su introducción en la Constitución. El mismo temor manifestaba la izquierda republicana a través de Kent, quien solicitó al Pleno que aplazase la medida por una cuestión de “oportunidad” para la República.

Campoamor, cuyas palabras en el día de la formación de las Cortes en 1931 serán recordadas hoy por la Asociación Mujeres Vecinales en el Salón del Trono con motivo del XIXX aniversario de la Carta Magna de 1978, defendió con tesón su idea: “Respecto a la serie de afirmaciones que se han hecho esta tarde contra el voto de la mujer, he de decir”, replicó Campoamor, “con toda la consideración necesaria, que no están apoyadas en la realidad. Tomemos al azar algunas de ellas. ¿Que cuándo las mujeres se han levantado para protestar de la guerra de Marruecos? Primero: ¿y por qué no los hombres? Segundo: ¿quién protestó y se levantó en Zaragoza cuando la guerra de Cuba más que las mujeres? ¿Quién nutrió la manifestación pro responsabilidades del Ateneo, con motivo del desastre de Annual, más que las mujeres, que iban en mayor número que los hombres?”.

“Es un problema de ética, de pura ética, reconocer a la mujer, ser humano, todos sus derechos, porque ya desde Fitche, en 1796, se ha aceptado, en principio también, el postulado de que sólo aquel que no considere a la mujer un ser humano es capaz de afirmar que todos los derechos del hombre y del ciudadano no deben ser los mismos para la mujer que para el hombre”, advirtió la diputada a sus compañeros de Cámara, a quienes preguntó si realmente creían que sólo les habían votado los hombres. En ese momento, la política radical recordó que casi 100 años antes, en 1848 y en el Parlamento francés, un diputado ya se había levantado para decir que “una Constitución que concede el voto al mendigo, al doméstico y al analfabeto –que en España existe– no puede negárselo a la mujer”.

Sexo y ciudadanía

“Otra cosa, además, al varón que ha de votar”, proclamó la diputada: “No olvidéis que no sois hijos de varón tan sólo, sino que se reúne en vosotros el producto de los dos sexos. [...] Un solo argumento: aunque no queráis y si por acaso admitís la incapacidad femenina, votáis con la mitad de vuestro ser incapaz. Yo y todas las mujeres a quienes represento queremos votar con nuestra mitad masculina, porque no hay degeneración de sexos, porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser, argumento que han desarrollado los biólogos. Somos producto de dos seres; no hay incapacidad posible de vosotros a mí, ni de mí a vosotros”.

Para Campoamor “desconocer” su argumentación era negar una “realidad evidente”. “Yo, señores diputados”, contrapuso, “me siento ciudadano antes que mujer, y considero que sería un profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer que espera y confía en vosotros; a la mujer que, como ocurrió con otras fuerzas nuevas en la revolución francesa, será indiscutiblemente una nueva fuerza que se incorpora al derecho y no hay sino que empujarla a que siga su camino. No dejéis a la mujer”, pidió, “que, si es regresiva, piense que su esperanza estuvo en la dictadura; no dejéis a la mujer que piense, si es avanzada, que su esperanza de igualdad está en el comunismo”.

Antes de la correspondiente votación, que la postura de Campoamor venció por 160 votos contra 121, la diputada feminista defendió la postura de “mi convicción”. “Ante un ideal lo defenderé hasta la muerte; pondré, como dije ayer, la cabeza y el corazón en el platillo de la balanza, de igual modo Breno colocó su espada, para que se inclinara en favor del voto de la mujer, y que además sigo pensando, y no por vanidad, sino por íntima convicción, que nadie como yo sirve en estos momentos a la República española”.
 

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