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OPINIÓN - MARTES, 4 DE DICIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / SNIPER

Al alba en el Estrecho
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Y sin viento de levante. Mar en calma, apacible. Con un leve retraso el viejo “Pacífica II”, con su madera de cubierta mordida por el sol y el salitre, ponía proa hacia las aguas del Estrecho a las 7 de la mañana del lunes. Rojizas hiladas teñían, con intensidad gradual, el cielo desde Oriente, mientras la hierática y pétrea “Mujer Muerta” (o “Yebel Musa”) contenía, por el conocido efecto “pantalla”, los grises nubarrones que se acumulaban volando desde el Atlántico. Tarifa aun tardó un rato en mostrarse por la banda de estribor mientras, al frente, la bahía de Tánger se perfilaba detrás del cabo Malabata.

Atrás quedaba un intenso fin de semana, el cálido estrechón de manos con el profesor Florentino Portero (analista del GEES), el saludo a un cordial Luis Prados (jefe de la sección Internacional de “El País”, quien me confirmó que Ignacio Cembrero acababa de llegar de Ceuta) y, como no, las oportunas consideraciones sobre la reciente fase del proceso de paz en Oriente Medio y la postura de Israel, explicada con lujo de detalles por Herzl Inbar y Raphael Schutz, embajadores hebreos en España. “¡Más de 15 años ha que no nos vemos, José Luis!”, comentaba compartiendo mesa y mantel uno de los más prestigiosos periodistas españoles destacados en la zona, Henrique Cymerman, con el que aun pude ajustar un importante asunto relacionado, cómo no, con Marruecos. Solo una reflexión, una línea roja para el diálogo: bienvenido sea, al fin, un Estado palestino viable, al lado y codo con codo, a un Estado de Israel, dentro ambos de fronteras seguras y reconocidas. Con una matización cara al mundo más “islamista” que árabe: el no reconocimiento de la mera existencia del Estado de Israel, un miembro más con sus aciertos y errores de la comunidad internacional, sería una forma sutil y envenenada de antisemitismo.

Apenas 24 horas más tarde, desembarcado en Tánger, cambio de tercio al trote en el salón de actos del “Instituto Cervantes” en el que, en colaboración con la Fundación Tres Culturas, la “Asociación de Periodistas Europeos” organizaba, entre los días 2 y 3, el VII seminario hispano-marroquí de periodistas bajo el título “Otra manera de ser vecinos”, clausurado ayer hacia las 18.30 locales por Álvaro Iranzo, Director General de Política Exterior para el Mediterráneo, Oriente Próximo y África desplazado expresamente para la ocasión. Las sesiones, coordinadas por parte española por Diego Carcedo y Miguel Ángel Aguilar (profesionales de la comunicación de reconocido prestigio) y por la marroquí el ex ministro y diplomático (amén de periodista) Larbi Mesari, cualificado representante también del Partido del Istiqlal. La comida, al aire libre y templados por el sol en los jardines del elegante hotel “Al Manzah”, un lujo y lo digo por la mesa en la que caí, pues además del asturiano Carcedo y de M. A. Aguilar, J. M. Larraya (El País), Enrique Vázquez (del grupo Vocento) y Alberto Rubio (redactor jefe de “La Razón”), tuve a mi lado a un afectuoso Larbi Mesari (quien, sonriente como siempre, no dejó de advertir que me seguía con atención) y, al frente, distendido, un profesional de una pieza, Alberto Dezcállar, diplomático cuyos hombros bregaron con no pocas responsabilidades. Como imaginarán y con la debida prudencia, tengo temas para meses. Todo (casi) se irá andando.
 

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