El Gobierno de la Ciudad se reunió junto a un grupo de
ceutíes la mañana de ayer en una concentración silenciosa
para mostrar solidaridad con las víctimas del atentado
terrorista en Francia el domingo. Tras los cinco minutos de
silencio, Vivas expresó su apoyo a las víctimas, los cuerpos
de seguridad y la administración de justicia, al tiempo que
recordaba su compromiso con el Gobierno central para acabar
con ETA.
Alrededor de 200 personas secundaron ayer la llamada a una
concentración frente al Palacio Autonómico, con motivo del
último atentado perpetrado por ETA en Francia, en el que un
guardia civil perdió la vida y otro resultó gravemente
herido.
Los componentes del Gobierno ceutí, arropados por más de una
centena de ceutíes guardaron 5 minutos de silencio a las 12
de la mañana de ayer, en forma de protesta contra la
violencia de ETA y solidaridad con las víctimas del
atentado. Tras los cinco minutos de silencio, el presidente
Vivas se dirigió a los medios de comunicación para
transmitir el “profundo dolor” de la Administración y el
pueblo de Ceuta por este atentado que calificó de “criminal
e injustificado”.
“Una vez más las instituciones y la sociedad ceutí han
vuelto a concentrarse frente a la Asamblea para poner de
manifiesto nuestra condena y repulsa hacia el atentado
cometido por la banda terrorista ETA”, dijo el presidente,
que mostró la solidaridad del Gobierno con las víctimas.
Por otra parte, Vivas mandó un mensaje de apoyo a la Guardia
Civil y de respaldo a las fuerzas de seguridad y la
administración de justicia.
Vivas quiso asimismo poner de manifiesto su convencimiento
de que “la unidad de los demócratas y el Estado de Derecho
será capaz de vencer la batalla contra el terrorismo”.
Por último, Vivas expresó su apoyo al Gobierno de la nación
“para combatir y vencer a ETA”.
Miles de personas se manifestaban a la misma hora en
diversos puntos de España para condenar el atentado
terrorista de ETA que ha causado la primera víctima mortal
después de que el grupo independentista vasco anunciase el
final del alto el fuego el pasado junio, tras catorce meses
en los que se había mantenido esta situación.
Los dos agentes que sufrieron el ataque trabajaban en
Francia en un dispositivo conjunto de la Guardia Civil y los
servicios de información franceses contra ETA.
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