Ayer partió hacia el Sahara Occidental una expedición de
bomberos ceutíes formada por 14 hombres. Su misión, la
humanitaria. Parten con caramelos, mantas, bolígrafos,
libretas, ropa “y cuando estamos allí les damos de nuestra
agua e incluso pertenencias nuestras”, aclaró Francisco
Javier López ‘Kiko’, encargado de la función de jefe de
ruta. Cinco todoterrenos servirán para transportar a los 14
más los cargamentos de ayuda que transportan, “pero no
podemos dejarlos muy visibles, porque nos hacen controles y
corremos el peligro de que no nos dejen pasar”, por este
motivo, apenas han colocado cartelería por la ciudad,
anunciando de su misión y alertando a la población para que
done productos que puedan ser interesantes para una
población que vive en casas de adobe y en condiciones
infrahumanas. ”La última vez que fuimos nos encontramos con
una riada que se había llevado por delante un montón de
casas”, comenta Kiko, “pero nada de eso llega a los medios
de comunicación”. Ellos están en unas condiciones tan
pésimas y viven en poblados o aldeas tan pequeñas y
desdibujadas que “ni siquiera las ONG llegan allí”. De entre
los 14 expedicionarios, 2 de ellos no pertenecen al cuerpo
de bomberos. Uno es un empleado de Correos y otro es un
amigo empresario, “pero que cumplen una función importante
para sobrevivir”, dijo Kiko. Es más, cada uno de ellos es el
encargado de un área de acción. Así, uno de ellos es ATS
(Jorge Pacheco), otro habla francés (Gonzalo Sanz) para la
comunicación, otro es mecánico, otro se encarga de la
logística, hay dos cocineros, y Kiko es el jefe de ruta,
entre otros cargos.
Van a recorrer 4.000 kilómetros en diez días. La primera
etapa los llevará hasta la frontera con la depresión.
Alcanzarán zonas deprimidas donde habitan bereberes, gente
descalza, un panorama no apto para materialistas. Una vez
lleguen a este punto entrarán con los todoterrenos por
caminos pedregosos y dunas del desierto. Recorrerán la
frontera con Argelia, una de las zonas más pobres, “pero sin
llegar a pegarnos demasiado a la frontera, porque es
peligroso”. Irán dirección a Mauritania, donde sí se les
permite entrar, pero evitarán cruzar a ese país. Habitarán
el sur del Sahara durante varias etapas. “Los habitantes van
saliendo de sus casa cuando ven el polvo que levantan
nuestros coches”, explica Kiko.
¿Cuántos bomberos hay en el Cuerpo de Ceuta? Más de 80, “si
nos vamos más, dejamos al equipo bajo mínimos”. Todos ellos
han hecho “piruetas” para aunar estos días de vacaciones
humanitarias y montar un equipo de trabajo que alcanza ya
los ocho años de expedición. “Hemos llegado a ir hasta 18
personas una vez”. Cada año “aumenta la carga de material
que transportamos”, asegura Kiko, y “cambian las personas
que van, pero te aseguro que si por nosotros fuera, iríamos
más de 20 al Sahara”. Esta temporada asisten tres nuevos y
lo tendrán difícil para comunicarse con Ceuta durante los
diez días de misión. “Tenemos cobertura marroquí, pero sólo
en un 50 por ciento del trayecto que vamos a tener. Corremos
peligro, pero estamos bien informados”. Cada vehículo está
compuesto por tres personas, excepto en el coche de Kiko,
donde viajarán él y Gonzalo y que será el último en partir,
a las 6:30 de hoy. Todos se reunirán en el poblado de Midel,
desde donde continuarán el trayecto en grupo. Los materiales
transportados completan la ocupación del todoterreno, el de
kiko, por ejemplo, está compuesto por dos fardos de ropa,
diez mantas, 200 bolígrafos, 150 lápices, 70 libretas,
cuatro bolsas grandes de caramelos, aseo y limpieza. Son los
reyes.
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Una historia humanitaria que comenzó hace ocho años
Los viajes al Sahara Occidental se
han convertido en una tradición para el Cuerpo de Bomberos.
Hace ya ocho años que partió la primera expedición hacia el
sur de Marruecos y tiempo después continúan con esta misión.
En los últimos años han conseguido aumentar los kilos de
ayuda material que transportan en sus todoterrenos
particulares. La Ciudad, empresas como la Cruz Roja, la Casa
de la Juventud, DIGMUN, Consejo de la Juventud y los
sindicatos de CCOO y UGT aportan materiales. La empresa
Rufino, por ejemplo, da los caramelos; y Rotuplés ofrece
pegatinas para distinguir al cuerpo de bomberos que se
desplaza al Sahara fuera de servicio. Deberán tener cuidado
de las zonas minadas y los terrenos controlados por los
militares, para ello disponen de GPS.
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