Más de 25 años de militancia en el PSOE desde finales de
la dictadura, de aquél psoe de Tierno Galván, de ese psoe de
ciudadanos que apostaban por una España democrática y
socialista; con la idea de un estado vertebrado, de iguales
entre iguales, Rosa Díez batalladora de esa idea de una
España común dijo ¡basta! desde su País Vasco natal donde
con orgullo -pese a lo que caía- se atrevió a amadrinar la
entrega de una bandera nacional a una unidad militar.
Defensora del orden constitucional que protege los derechos
de los ciudadanos, encontró que el psoe dejaba de lado, en
esta legislatura, los intereses generales de España
privilegiando intereses nacionalistas. UPyD nace con idea
vertebradora
Pregunta.- ¿Qué viene a decir a los ceutíes Rosa Díez
como líder de la formación UPyD?
Respuesta.- Vamos a explicar a los ceutíes por qué nace
Unión Progreso y Democracia; por qué una serie de personas
ponen en marcha una medida tan extraordinaria, en el sentido
de poco ordinaria en el siglo XXI en un país de la Unión
Europea dado que UPyD no nace de la escisión de ninguna
formación política, sino que nace por el impulso de un
montón de gente optimista acostumbrada a trabajar en
transversal, que sienten la necesidad de trabajar por
regenerar la democracia y por defender lo que nos une como
españoles. Da la sensación de que los españoles nos hemos
convertido en enemigos de la otra mitad. Hace falta un
partido que defienda el Estado, que defienda España que es
lo mismo que decir que defiende a todos los españoles. Que
tenga un proyecto inequívocamente nacional, igual para todos
los ciudadanos con independencia del lugar o territorio
nacional donde vivan. Les diré a mis compatriotas de Ceuta
que busquemos en lo que nos une, que no nos resignemos con
lo que no nos gusta, porque es posible cambiar a mejor.
P.- Está usted en una ciudad donde no hay miedo a
incorporar la bandera nacional a la fachada del Ayuntamiento
R.- Es tremendo lo que pasa en España. Somos el único país
de Europa en el que se producen debates alrededor de los
símbolos de nuestro orden constitucional. Es una de las
perversiones de esta legislatura que ha sido completamente
equivocada en su conjunto, una legislatura evitable en la
que hemos acabado discutiendo sobre los símbolos del orden
constitucional, lo que es tremendamente alucinante. Los
socialistas de la Asamblea de Municipios y Provincias se
niegan a obligar a que se ponga la bandera [se niegan por
tanto a que se cumpla la Ley] con el peregrino argumento de
que no se pueden imponer a los ciudadanos los sentimientos.
Situar la bandera en las fachadas de los Ayuntamientos no es
imponer unos sentimientos es cumplir con la Ley. Es
totalmente al contrario, los que odian a España son los que
han impuesto sus sentimientos, y que esto ocurra en una
democracia como la nuestra es tremendo. Pero aún más
dramático es que el que realiza el discurso de los
sentimientos es el partido que gobierna España. La bandera
no es un trapo, es el símbolo constitucional; el símbolo que
protege mis derechos. Donde no se pone la bandera es donde
no se respetan esos derechos constitucionales.
P.- Europa abre fronteras pero en nuestro país prevalecen
los pequeños territorios
R.´- Este es un país en el que quien tendría la
responsabilidad de comprotarse con sentido de Estado, cede
ante los nacionalista con tal de conseguir mantenerse en el
poder. Este es un país en el que el PSOE y el gobierno han
convertido al Gobierno de España en una especie de zoco, de
mercado persa en donde todo tiene un precio. El más claro
ejemplo con el caso de la reprobación de la ministra de
Fomento en el Congreso; el gobierno de la nación ha pagado
unos cuantos millones de euros a un partido nacionalista
gallego y una foto en la Moncloa, en tanto que para lograr
el voto de apoyo del PNV ha obligado al Partido Socialista
de Euskadi a respaldar la creación del Banco Público Vasco.
Lamentablemente el PSOE de Zapatero ha convertido al
gobierno de España en un zoco en donde todo se compra y se
vende.
P.- ¿Habla desde el dolor por ser estas las causas que le
obligó a salir del PSOE?
R.- Hablo desde la tristeza que comparto [lo sé] con
muchísimos militantes del Partido Socialista que aún están
dentro. Soy una antígua militante que ha hecho toda su vida
en un partido socialista que hoy por hoy ha perdido toda sus
señas de identidad. El PSOE era un partido que vertebraba
España por encima de cualquier consideración; un partido que
tenía el mismo proyecto para toda España porque era la única
manera de garantizar la igualdad de los españoles ante la
Ley. Eso era el PSOE cuando yo me afilié a finales de la
dictadura, a principios de la Transición cuando el Partido
socilista era marxista, luego fue socialdemócrata, pero una
cosa no dejó de se nunca, que era un partido que vertebraba
España y que actuaba con sentido de la responsabilidad. Esa
es la seña de identidad que ha perdido, de ahí que ante esa
necesidad, la de volver a defender al Estado es lo que nos
ha movido para crear Unión Progreso y Democracia.
P.- ¿Qué espera en estas elecciones Generales?
R.- Esperamos dos cosas; la primera desde un punto de vista
más general y menos electoral que es hacer pensar a la gente
sobre estas cosas. Estamos empeñados en hacer un discurso de
pedagogía democrática, de llamar a la gente al pensamiento y
al voto crítico; a que se reflexione sobre lo que nos está
ocurriendo; a que se rebele los ciudadanos sobre esa imagen
de una España dividida por la mitad que no se corresponde
con los sentimientos de la mayoría de los españoles ni con
la realidad porque nos sabemos unidos por las cosas
fundamentales. Yo creo que la inmensa mayoría de los
españoles, al margen de la ideología que tengamos,
reivindicamos esa tercera España de la que hablaba Marañón,
Besteiro, esa tercera España que está en contra de la
confrontación estéril, que está en contra de los
extremismos. Apelamos a eso y creemos que esta Campaña es un
buen momento para hacer una reflexión crítica y una rebelión
democrática en ese sentido. Y después apelamos que si los
ciudadanos consideran que si somos útiles desde su punto de
vista, no desde el punto de vista de las estructuras de los
partidos, pues les apelamos a que nos apoyen para hacer
estos cambios y contar con un grupo parlamentario que sea
capaz de cuestionar, en el sentido de influir en la política
que se haga en la próxima legislatura.
Bipartidismo
P.- Abrirse paso en una España bipolarizada, con el
permiso de IU, debe ser tarea complicada.
R.- Creo que cada vez hay más ciudadanos críticos y si no
eligen otra cosa es porque no hay. Lo que percibo en mi
recorrido por España es que se acercan muchísima gente a
escuchar los actos políticos, algo que ocurría en los años
ochenta. Entonces la gente iba a un mitin de Carrillo, al
día siguiente acudía a oir a Felipe González y al otro a
Fraga porque eran momentos importantes, trascendentes. Ahora
estamos en unos momentos igualmente importantes de necesidad
de regenerar la democracia y la política. No son pocos los
que me dicen aquello de que ‘ya tenía ganas yo de votar algo
nuevo porque llevo toda mi vida eligiendo para que no salga
el otro y ya era hora’. Hay mucha gente que quiere dar un
paso al frente. Tenemos que hacer un esfuerzo para ayudar a
la gente y formarlos críticamente. Zapatero ha traido a
varios expertos en materia de campañas electorales, uno de
ellos americano republicano que decía que tenía que
explicarle a Caldera cómo había que utilizar las palabras
‘terrorismo, inmigración y nación’, porque su pedagogía era
que había que repetir los mensajes porque repetidos de una
determinada manera modifican el cerebro y provocan el voto
inconsciente. Esta es la filosofía del partido que gobierna.
Frente a quien busca el voto inconsciente, nosotros buscamos
el pensamiento reflexivo y el voto consciente. Nosotros
hablamos para los ciudadanos que saben que pueden elegir
entre carne, pescado o legumbres, porque ya pueden elegir
algo más que carne o pescado.
P.- ¿Cuándo se olvidaron los políticos de quiénes les
votan?
R.- Pues hace demasiado tiempo. No es un fenómeno sólo
español, también lo es europeo. Por eso se dice que la gente
pasa de la política y eso no es verdad, la gente pasa de una
determinada forma de hacer política, hay gente generosa a la
que les gusta hacer cosas diferentes, pero hay que darles la
oportunidad. El otro día en un mitin en Cartagena un chico
muy joven me pidió que le firmara el manifiesto y le
pregunté la edad. Me dijo que 17 años y que ya estaba harto
de una forma de hacer política. Nosotros buscamos nuestro
huevo, aunque somos conscientes de las dificultades por la
mentalidad bipartidista existente. Habrá bipartidismo
mientras la gente quiera. En Alemania desde la segunda
Guerra Mundial sólo se votaba a la CDU y los
socialdemócratas hasta que los ciudadanos se cansaron del
chalaneo e irrumpieron los liberales. Los alemanes se
cansaron no de la política, sino de la manera de hacer
política.
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