Juan Vivas cumplió su promesa y desayuno churros con café
junto a sus paisanos ceutíes, destinados a Cádiz por asuntos
de la vida. El presidente acudió a la Casa de Ceuta, sita en
el barrio gaditanos de Bahía Blanca, junto a Las Puertas de
Tierra, antes de tomar rumbo a su tierra.
Vivas tomó la palabra y mostró su satisfacción por el
trabajo hecho. “Este hermanamiento nos ha hecho reflexionar
en el estrecho vínculo que unen estas dos ciudades”, añadió
el presidente, al que la noche del miércoles no le robó el
espíritu poético con el que viajó hasta Cádiz: “Este mar que
aparentemente nos separa es un puente por el que transitan
personas, ideas, sentimientos y afectos”. Seguidamente hizo
un guiño a sus conciudadanos de la Casa de Ceuta. “Ellos son
los que más perciben esa relación”. Y llegó el capítulo de
agradecimiento. Recordó a la alcaldesa y a los grupos
políticos de la Asamblea “por apoyar sin fisuras este
hermanamiento que atiende los deseos de todos los ceutíes”.
En el apartado estrictamente político, Vivas insitió que el
hermanamiento no va a quedar en puro protocolo, “para ello,
hoy -por ayer- se han cometido mesas sectoriales con la
intención de llevar a cabo una reunión periódica
-semestrales o anuales-”, indicó, “para hacer un seguimiento
a lo que hoy se acuerde y que vayamos a formalizar”. Otro
aspecto de esta colaboración, añadió Vivas, “será el de la
conmemoración del 200 aniversario de la Constitución de
1812”. El presidente dijo que Cádiz “tiene un prestigio bien
ganado como consecuencia de haber sido cuna de la libertad”.
“Cádiz se va a abrir al mundo y Ceuta puede engancharse”,
finalizó.
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