Tenía este título con una chuleta para un artículo en un
jarrón de mi casa y antes de seguir espero poder saludar en
persona a Francisco Sánchez Paris, creo que es Jefe de
Gabinete de la Ciudad Autónoma, y así poder contarle algunos
pecadillos de hace unos tres o cuatro años, a fin de cuentas
diecisiete años escribiendo en la prensa dan para mucho y
conozco el patio y espero contarle si tan difícil es sacar
un libro con los mejores artículos de esos años tete como
una antología mía de mis Escritos Caballas. Quizás porque si
hay quien sabe poner una antena por el apagón analógico del
2010, le diga por teléfono con la sartén por el mango, no le
hagas todavía el libro, aguántalo ahí un poco en la Imprenta
pasada por agua para que Javier Chellaram como es un simple
obrero no pueda sacar su libro a la calle.
Sánchez Paris, cuando coincidamos en algún protocolo con una
cañita en la mano como vamos ha disfrutar contándole yo como
salía con la sartén corriendo y se cambiaba de acera, cada
vez que me veía por la calle. Ahora estoy en las glorias en
mi Pueblo de Ceuta, que diferencia de equipo, el editor se
levanta de su despacho en cuanto me ve por el pasillo y
acude a mi encuentro y me da la mano, con Ángel quedamos y
preparamos las colaboraciones de opinión, y la simpatía
personificada con Gonzalo hacemos más llevadero el final del
día. Con Antonio Gómez nos contamos los avatares de la
visita del Rey y coincidimos en el trapío de muchos
pajarracos de cuidado que hay por ahí por la calle suelto.
Espero cuando esté como un rayo encendido poder contar como
se engaña a un columnista como un chino.
Tenía el prólogo, las fotos, las dedicatorias, todo en
cuatro discos duros y no podía patrocinarme después de más
de quince años como criado en la casa. Con la sartén me
tuviste como el aceite y te faltaron huevos para
patrocinarlo o sea para freirlo, gracias al Pueblo de Ceuta
con toda la libertad salen los Escritos Caballas y hasta la
próxima señor Paris.
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