El director del Gabinete del ministro del Interior, Gregorio
Martínez Garrido, recibirá hoy a las 19.30 horas en su
despacho a una delegación representativa de la Red de
solidaridad ‘Ferrocarril Clandestino’, que ayer
protagonizaron un encierro simbólico en la parroquia de San
Carlos Borromeo y la Oficina de Extranjería de Interior en
la calle Serrano.
Tres representantes de la Red de apoyo al colectivo
inmigrante ‘Ferrocarril Clandestino’, entre ellos una
abogada, se reunirán esta tarde a las 19.30 horas en su
despacho con el director del Gabinete de Alfredo Pérez
Rubalcaba, Gregorio Martínez Garrido, para plantearle sus
reivindicaciones contra la deportación de los 37 inmigrantes
procedentes de Bangladesh que permanecen huidos en los
montes de Ceuta desde hace tres meses, cuando decidieron
huir del CETI local.
Una treintena de personas vinculadas a ‘Ferrocarril
Clandestino’ permanecieron ayer encerradas desde las tres de
la tarde en la sede de la Unidad de Extranjeros de la
madrileña calle Serrano para forzar este encuentro mientras
otro grupo de bengalíes hacían lo propio en la parroquia de
San Carlos Borromeo, donde una veintena de personas se
encerraron de forma simbólica desde la una de la tarde hasta
la noche.
Antecedentes
Martínez recibió a la organización de solidaridad con el
colectivo inmigrante el pasado 19 de octubre, cuando se
comprometió “a dar una respuesta en un plazo breve de
tiempo” a la situación de estas personas, según explicó la
portavoz de Ferrocarril Clandestino, Teresa Sánchez. Cinco
semanas y “ante la ausencia de cualquier tipo de respuesta”
decidieron “movilizarse” para acelerar la situación.
La actuación en San Carlos Borromeo arrancó a las 13.00
horas. Los activistas, acompañados de una representación de
la Asociación Española de Bangladesh, vestían antifaces y
camisetas con los nombres de los compatriotas escondidos en
Ceuta y portaban pancartas que exigían al ministro de
Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba “que diera la cara”.
En la calle Serrano, relató uno de los miembros del
colectivo a Europa Press, aprovechando que “la oficina de
Extranjería estaba ya casi vacía, 26 personas entraron y
descubrieron sus camisetas y pancartas”. Poco después,
comenzó “la negociación con la Delegación del Gobierno y la
Policía Nacional”, cuyos efectivos estaban ya desplegados a
las puertas del edificio oficial.
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