Santiago Tortosa es una ‘rara avis’ en Ceuta, ciudad que,
hay que reconocer, tiene escasa cultura o tradición musical.
Seguramente, a Tortosa y su Festival de Jazz le iría mejor
en cualquier otra urbe más cosmopolita, por lo que es
ejemplar su empeño durante los últimos trece años para que
la ciudad autónoma cuente con un evento internacional de la
calidad que se pudo ver en esta edición (Charlie Hunter
Trío, Third World Love y Anna María Jopek). “Hay vida más
allá, e inteligente, de david bisbal”, recuerda este miembro
de la Asociación Cultural La Coctelera. Es un toque de
atención a la inversión pública, pero sobre todo a la
privada: “Sin ella, el Festival morirá lánguidamente”.
Pregunta.- Una semana después de la clausura del
Festival, ¿qué balance hace más en frío?
Respuesta.- La valoración es muy positiva. Desde el punto de
vista artístico, los conciertos han sido variados y han
estado muy bien. La gente que buscaba una música más moderna
y rompedora lo ha encontrado y los que buscaban una más
clásica, también. La gente me lo ha hecho saber. El primer
día, Charlie Hunter dio una lección del jazz más moderno,
que a mí, personalmente, me ha gustado más que los otros;
pero ha habido aficionados que han disfrutado más con Third
World Love. Ha habido más afluencia de público que lo
previsto y es algo que hemos analizado, porque prácticamente
se ha llenado el salón de la Asamblea los tres días. Un
factor determinante ha sido la calidad del cartel, porque la
gente lo sabe apreciar. Por otro lado, este año hemos
estrenado un dominio en la red en el que se podía conocer a
los grupos con algunos vídeos.
P.- De todas formas, para un amante del jazz tiene que
ser un poco frustrante traer gente tan buena y que tenga, a
mi juicio, poca repercusión.
R.- Es un poco frustrante, ciertamente, pero es algo que sé
desde el principio. En el pasado se han dado situaciones de
traer auténticos monstruos de la música como Benny Golson o
Kenny Garret, nombres míticos que quedarán para siempre y
que han actuado aquí para sólo cien personas. Eso me hizo
plantearme hasta qué punto lo estaba haciendo bien, aunque
yo sabía que el esfuerzo siempre merecía la pena desde el
punto de vista artístico. Poco a poco creo que vamos
aprendiendo de los errores y conseguimos llegar ofreciendo
mucha calidad a la gente interesada en la música en general.
Estamos ofreciendo algo que, realmente, tiene que interesar.
P.- ¿Hay intención de que el Festival cambie de ubicación
a algún lugar al aire libre?
R.- Sí. Lo tenemos hablado y proyectado, pero nosotros ahora
mismo no tenemos capacidad económica para hacerlo. Se lo
hemos propuesto a quien sí la tiene para hacerlo en las
Murallas Reales, por ejemplo; pero tienen otras
sensibilidades. Prefieren traer a Andy y Lucas que a Pat
Metheny. Y cuestan lo mismo, pero la calidad no es la misma,
ni mucho menos. Por lo tanto, es una cuestión de
sensibilidad. A nosotros nos gustaría disponer de una
financiación suficiente para que hubiera unos conciertos
complementarios, con otro nivel intelectual. No vamos contra
la música comercial, pero hay que saber que más allá de
David Bisbal también hay vida, e inteligente.
P.- En cuanto a las fechas, ¿hay planes para cambiarlas?
R.- Los festivales de jazz se hacen en verano o en otoño. A
nosotros la época otoñal nos parece muy buena, porque nos
posibilita acceder mejor a los grupos de primera fila que si
lo hiciéramos en la época estival, que es cuando tienen más
solicitudes los artistas. Eso no quita para que La Coctelera
pudiera organizar conciertos de jazz durante el verano. Hay
un magnífico escenario que se monta en las Murallas Reales.
P.- ¿Se podría dar la oportunidad a las bandas de jazz
que pueda haber en Ceuta de actuar en el Festival como
teloneros?
R.- Lo hemos hecho en el pasado. Lo que pasa es que no son
muchos los grupos locales de jazz y se empezaban a repetir.
Buscamos entonces bandas del entorno: de Cádiz y Málaga,
pero entrábamos también en una dinámica de repetir, porque
muchos de estos músicos actúan en varias bandas.
P.- ¿Tu sueño sería poder hacerlo en las Murallas Reales
y con más de una actuación por día?
R.- Mi sueño es elevar más todavía el nivel del Festival, lo
que pasaría también porque hubiese más actuaciones, pero
tampoco muchas más. Para conmemorar la décima edición lo
hicimos en dos fines de semana consecutivos, por ejemplo. Y
la verdad que fue un formato que funcionó bien. Lo que no se
puede hacer es programar conciertos un martes o un
miércoles. Otros festivales de jazz duran un mes entero:
cuatro fines de semana programando buenas actuaciones. El
Festival de Ceuta tiene que evolucionar, porque lleva ya
trece ediciones y está muy bien lo hecho hasta ahora. Hemos
programado cincuenta conciertos y jamás hemos tenido que
suspender ninguno. Es verdad que hemos tenido suerte con los
temporales. Alguna vez algún grupo ha salido del barco
directamente al escenario, pero nunca hemos tenido que
suspender actuaciones. Tenemos la obligación de despegar,
porque si continúa así, morirá lánguidamente. Algún problema
en una de las ediciones sería suficiente para que muriese.
Para que eso no suceda tiene que evolucionar, porque ya ha
estado a punto de desaparecer. Muchos años he tenido la
impresión de que sería el último. En estos trece años nos
hemos demostrado que sabemos cómo hacerlo.
P.- ¿Qué es lo que le falta al Festival para despegar?
R.- La financiación privada; que haya un patrocinador.
P.- ¿Y cómo van las negociaciones en este sentido?
R.- Todavía no te puede adelantar nada, pero lo estamos
intentando.
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