Puede que tenga razón Imbroda, el aguerrido Presidente de
Melilla, cuando dice que ahora alguien anda dando saltos
mortales buscando 25 millones de euros, que se echan de
menos en financiación procedente de la Unión Europea, tras
el reparto realizado para el próximo (bueno, más bien ya
actual) período de programación, que alcanza hasta el año
2013. Y el comentario de Imbroda, parece que ha sentado
(¿tal vez escocido?) un poco mal a algún miembro del
Gobierno de la Ciudad que anda haciendo oposiciones para el
estrellato político, al que por cierto, el calificativo de
saltimbanqui no le hace ninguna injusticia, pretendiendo
ahora volar hasta el sol, cual Icaro, con alas de cera, por
lo resbaladiza y de escasa consistencia de su personalidad,
que lo que se lleva o él cree que se lleva, consiste en
aparentar y vale. Y contesta a Imbroda que se harán los
saltos mortales necesarios para recuperar el dinero perdido.
Lo cierto es que el Gobierno de Ceuta, aceptó el reparto de
financiación propuesto por el Gobierno de España para el
nuevo período de programación, porque no tenía otra
alternativa.
El llamado efecto estadístico, provocado por el ingreso de
nuevos países en la Unión con una bajísima renta en relación
con los ya socios, lo que elevó inmediatamente en relación
con la nueva media estadística la renta de regiones como
Ceuta, ese efecto, como decíamos, ya se veía venir varios
años antes. Y es cierto también, que los datos aportados a
la Unión Europea por el Instituto Español de Estadística,
sobre situación socieconómica de Ceuta, se basan en una
pobrísima demoscopia, hecho este denunciado ya en su tiempo
por los Consejeros de Hacienda Fernández Cucurull y Carreira,
pero el sistema de referencia era el que era y, sin tener en
cuenta otras singularidades de Ceuta, se aplicó y por el
efecto estadístico resultante Ceuta salió del llamado
Objetivo 1 de la Unión, con la consiguiente pérdida de
financiación en Fondos tan importantes como el FEDER y FSE,
dedicados al desarrollo regional y al apoyo al empleo
respectivamente, una pérdida cercana al sesenta por ciento
en relación con la financiación del anterior período.
El Gobierno de España, en la negociación del reparto de
nuevos fondos en el seno del Consejo de Europa, consiguió
que las regiones españolas que salían del Objetivo 1 por el
efecto estadístico, pudiesen contar con una financiación
amortiguada en su recorte, que permitiese a las
administraciones receptoras, en nuestro caso la Ciudad
Autónoma, ir “acostumbrándose” poco a poco a la nueva
situación de financiación comunitaria, denominando a estas
regiones “Las que se salen”, compensando en parte la caída
de financiación comunitaria de FEDER y FSE con el Fondo de
Cohesión, que para el actual período tiene una considerable
magnitud: más de veinte millones de euros, refiriéndonos
exclusivamente a Ceuta. Por otra parte, existe la
posibilidad de que Ceuta se beneficie, si los actuales
responsables se enteran y lo gestionan, de algunos programas
financiados con el instrumento URBAN, que necesita la
aprobación de un proyecto específico para zonas urbanas de
gran depresión, como nuestro barrio del Príncipe, o el nuevo
Fondo de Vecindad (antes INTERREG), que si bien tiene las
dificultades clásicas de concreción en el caso de la Ciudad
Autónoma, no tendría esas mismas dificultades si se
orientase a apoyar proyectos de intercambio comercial,
empresarial o cultural en el ámbito de la iniciativa
privada, entre Ceuta y Marruecos, además de otro tipo de
fondos dedicados al desarrollo tecnológico.
Es cierto que el Vicepresidente del Gobierno y Ministro de
Economía, Pedro Solbes, afirmó en la Comisión General de
Comunidades Autónomas del Senado, tras un fuerte
encontronazo con el entonces Consejero de Hacienda de Ceuta,
Emilio Carreira, que ninguna de las regiones de “las que se
salen” del objetivo 1, Ceuta, Melilla, Asturias y Murcia,
perderían más del treinta por ciento neto de financiación
como consecuencia de la nueva situación de esas regiones,
para lo cual se comprometió, sin concretar, que el Estado
arbitraría medidas compensatorias a través de instrumentos
como el Fondo de Compensación Interterritorial o los
Presupuestos generales del Estado, a lo que habrá que
prestar máxima atención en los años venideros, los del nuevo
período de programación comunitaria, que son siete,
negociando con el Gobierno de España los aspectos concretos
de este compromiso, en el que, por otra parte, no pinta nada
la Unión Europea, cosa que a los dos nuevos Consejeros,
Márquez y Martínez, les han recordado amablemente en Europa,
o sea, aquello de: ¿Pero ustedes que pintan aquí?, pero eso
si, se lo han dicho con la educación propia de los
funcionarios europeos.
Ceuta no va a firmar nada a regañadientes, como los viajeros
(que recuerdan esos viajes con bombo y sin platillo que
hacían los del Gobierno del GIL) nos han contado, porque el
acuerdo estaba ya cerrado antes de que ellos se incorporaran
al Gobierno, tras las últimas gestiones del anterior equipo
económico de la Ciudad, que peleó el modelo de gestión de
los fondos asignados, para conseguir más volumen de gestión
para la Ciudad y menos para el Estado, sobre una propuesta
inicial del Ministerio de Economía que inicialmente
pretendía lo contrario.
Tal vez, sólo tal vez, lo que esté pasando es que haya
problemas financieros para cerrar el capítulo de inversiones
de los presupuestos de la Ciudad Autónoma, y que haya que
rebajar las expectativas de inversión en las barriadas de
Ceuta, y que haya que echarle la culpa a alguien que no sea
el propio Gobierno de Ceuta, que es, sin embargo, quien
establece las prioridades de inversión, y que la culpa la
tengan veinticinco millones de euros.
De todos modos, en campaña electoral nada es muy creíble y
menos echarle la culpa al Gobierno de ZP, que no tiene nada
de bendito, pero los “viajeros” tampoco mucho más, torpes en
la gestión y más en la comunicación, revelando con
antelación, parte de lo que van a contar en una rueda de
prensa posterior, pero eso si, a un solo medio de
comunicación, al parecer dispuesto a complicarse (que de ahí
viene cómplice) con ellos en el cuento sobre un viaje a
Europa para nada. Giladas.
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