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economía - DOMINGO, 25 DE NOVIEMBRE DE 2007


Martínez (i.) y Márquez (d). reduan.

la cronica
 

25 millones de euros

Ceuta no va a firmar nada a regañadientes, como los ‘viajeros’ (que recuerdan esos
viajes con bombo y sin platillo que hacían
los del Gobierno del GIL) nos han contado, porque el acuerdo estaba ya cerrado antes
de que ellos se incorporaran al Gobierno,
tras las últimas gestiones realizadas por
el anterior equipo económico

CEUTA
R. Blanco

local
@elpueblodeceuta.com

Puede que tenga razón Imbroda, el aguerrido Presidente de Melilla, cuando dice que ahora alguien anda dando saltos mortales buscando 25 millones de euros, que se echan de menos en financiación procedente de la Unión Europea, tras el reparto realizado para el próximo (bueno, más bien ya actual) período de programación, que alcanza hasta el año 2013. Y el comentario de Imbroda, parece que ha sentado (¿tal vez escocido?) un poco mal a algún miembro del Gobierno de la Ciudad que anda haciendo oposiciones para el estrellato político, al que por cierto, el calificativo de saltimbanqui no le hace ninguna injusticia, pretendiendo ahora volar hasta el sol, cual Icaro, con alas de cera, por lo resbaladiza y de escasa consistencia de su personalidad, que lo que se lleva o él cree que se lleva, consiste en aparentar y vale. Y contesta a Imbroda que se harán los saltos mortales necesarios para recuperar el dinero perdido.

Lo cierto es que el Gobierno de Ceuta, aceptó el reparto de financiación propuesto por el Gobierno de España para el nuevo período de programación, porque no tenía otra alternativa.

El llamado efecto estadístico, provocado por el ingreso de nuevos países en la Unión con una bajísima renta en relación con los ya socios, lo que elevó inmediatamente en relación con la nueva media estadística la renta de regiones como Ceuta, ese efecto, como decíamos, ya se veía venir varios años antes. Y es cierto también, que los datos aportados a la Unión Europea por el Instituto Español de Estadística, sobre situación socieconómica de Ceuta, se basan en una pobrísima demoscopia, hecho este denunciado ya en su tiempo por los Consejeros de Hacienda Fernández Cucurull y Carreira, pero el sistema de referencia era el que era y, sin tener en cuenta otras singularidades de Ceuta, se aplicó y por el efecto estadístico resultante Ceuta salió del llamado Objetivo 1 de la Unión, con la consiguiente pérdida de financiación en Fondos tan importantes como el FEDER y FSE, dedicados al desarrollo regional y al apoyo al empleo respectivamente, una pérdida cercana al sesenta por ciento en relación con la financiación del anterior período.

El Gobierno de España, en la negociación del reparto de nuevos fondos en el seno del Consejo de Europa, consiguió que las regiones españolas que salían del Objetivo 1 por el efecto estadístico, pudiesen contar con una financiación amortiguada en su recorte, que permitiese a las administraciones receptoras, en nuestro caso la Ciudad Autónoma, ir “acostumbrándose” poco a poco a la nueva situación de financiación comunitaria, denominando a estas regiones “Las que se salen”, compensando en parte la caída de financiación comunitaria de FEDER y FSE con el Fondo de Cohesión, que para el actual período tiene una considerable magnitud: más de veinte millones de euros, refiriéndonos exclusivamente a Ceuta. Por otra parte, existe la posibilidad de que Ceuta se beneficie, si los actuales responsables se enteran y lo gestionan, de algunos programas financiados con el instrumento URBAN, que necesita la aprobación de un proyecto específico para zonas urbanas de gran depresión, como nuestro barrio del Príncipe, o el nuevo Fondo de Vecindad (antes INTERREG), que si bien tiene las dificultades clásicas de concreción en el caso de la Ciudad Autónoma, no tendría esas mismas dificultades si se orientase a apoyar proyectos de intercambio comercial, empresarial o cultural en el ámbito de la iniciativa privada, entre Ceuta y Marruecos, además de otro tipo de fondos dedicados al desarrollo tecnológico.

Es cierto que el Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Economía, Pedro Solbes, afirmó en la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado, tras un fuerte encontronazo con el entonces Consejero de Hacienda de Ceuta, Emilio Carreira, que ninguna de las regiones de “las que se salen” del objetivo 1, Ceuta, Melilla, Asturias y Murcia, perderían más del treinta por ciento neto de financiación como consecuencia de la nueva situación de esas regiones, para lo cual se comprometió, sin concretar, que el Estado arbitraría medidas compensatorias a través de instrumentos como el Fondo de Compensación Interterritorial o los Presupuestos generales del Estado, a lo que habrá que prestar máxima atención en los años venideros, los del nuevo período de programación comunitaria, que son siete, negociando con el Gobierno de España los aspectos concretos de este compromiso, en el que, por otra parte, no pinta nada la Unión Europea, cosa que a los dos nuevos Consejeros, Márquez y Martínez, les han recordado amablemente en Europa, o sea, aquello de: ¿Pero ustedes que pintan aquí?, pero eso si, se lo han dicho con la educación propia de los funcionarios europeos.

Ceuta no va a firmar nada a regañadientes, como los viajeros (que recuerdan esos viajes con bombo y sin platillo que hacían los del Gobierno del GIL) nos han contado, porque el acuerdo estaba ya cerrado antes de que ellos se incorporaran al Gobierno, tras las últimas gestiones del anterior equipo económico de la Ciudad, que peleó el modelo de gestión de los fondos asignados, para conseguir más volumen de gestión para la Ciudad y menos para el Estado, sobre una propuesta inicial del Ministerio de Economía que inicialmente pretendía lo contrario.

Tal vez, sólo tal vez, lo que esté pasando es que haya problemas financieros para cerrar el capítulo de inversiones de los presupuestos de la Ciudad Autónoma, y que haya que rebajar las expectativas de inversión en las barriadas de Ceuta, y que haya que echarle la culpa a alguien que no sea el propio Gobierno de Ceuta, que es, sin embargo, quien establece las prioridades de inversión, y que la culpa la tengan veinticinco millones de euros.

De todos modos, en campaña electoral nada es muy creíble y menos echarle la culpa al Gobierno de ZP, que no tiene nada de bendito, pero los “viajeros” tampoco mucho más, torpes en la gestión y más en la comunicación, revelando con antelación, parte de lo que van a contar en una rueda de prensa posterior, pero eso si, a un solo medio de comunicación, al parecer dispuesto a complicarse (que de ahí viene cómplice) con ellos en el cuento sobre un viaje a Europa para nada. Giladas.
 

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