El Patio de Armas del Conjunto
Monumental de las Murallas Reales será el escenario, este
mediodía, del acto de despedida formal e institucional de la
ciudad autónoma de Ceuta a los soldados de la Agrupación
‘Ceuta’ que próximamente se desplazará a la localidad de
Istok, en Kosovo, para participar en la Operación
Sierra-Kilo KSPAGT XIX. Tras este nombre se encuentran, con
sus caras, nombres y apellidos, todos los militares que
integran la fuerza internacional a la que se ha encomendado
la misión de verificar el cumplimiento del Acuerdo Técnico
Militar firmado por las Autoridades yugoslavas y la OTAN
para “establecer un ambiente seguro para el regreso de los
desplazados, apoyar a las organizaciones internacionales de
ayuda humanitaria y asegurar la ley básica y el orden
público”, así como el desarme y desmilitarización de los
grupos que amenazan la paz en la región. Para España en
general y para Ceuta en particular, por su arraigada
tradición castrense, debe ser un orgullo participar en este
tipo de misiones en el extranjero en tanto que emplazan a
los soldados de nuestras Fuerzas Armadas a defender valores
universales que nuestro país comparte lejos de su patria
dando un ejemplo impagable en el que ponen en riesgo sus
vidas.
El que los soldados hayan pasado de jugarse la vida por algo
material (territorios...) a hacerlo por algo inmaterial y
que, en realidad, poco afecta directamente al país al que se
deben es un cambio sustancial en la mentalidad militar que
debe ser apreciado y elogiado.
Por todo ello, no basta con que el acto de hoy sirva a las
autoridades políticas y castrenses locales para rendir un
homenaje a el medio millar largo de soldados que partirá en
diciembre hacia la ex Yugoslavia. Toda Ceuta debería
implicarse y acudir hoy a las Murallas para manifestar con
su presencia su cariño y su respeto por unas fuerzas que se
jugarán la vida para mejorar la de los que están a su
alrededor y a los que no conocen de nada.
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