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Se trata de una magnífica
iniciativa dirigida a la conservación del equilibrio
ecológico y de la que se beneficiará la Ciudad Autónoma con
nada menos que la plantación de 6.000 árboles a lo largo de
los próximos 18 meses. Es un empeño casi personal de Carlos
Chocrón que no ha encontrado mejor fórmula, dentro del
programa de actividades previstas con motivo del 60º
aniversario de la firma que él mismo creó, ‘Chocrón
Joyeros’.
Una acción con la que se pretende convocar al mayor número
de voluntarios en este gesto de transmisión de valor
perdurable, para colaborar en la plantación de uno o varios
árboles, y preservar así el legado de un árbol a las
generaciones futuras. Pero la iniciativa cuenta con valor
doble. Por un lado la presencia de vida vegetal que
oxigenará y limpiará de CO2 nuestro entorno y por otro, el
donativo que acompaña al hecho de plantar un árbol. La
aportación, de quienes quieran colaborar, de 10 euros por
cada uno irá destinado directamente a la Asociación Síndrome
de Down de Ceuta, algo que ha logrado el apoyo desinteresado
de la firma, Patek Philippe -una histórica relojera suiza-,
del Rotary Club de Ceuta y de la Consejería de Medio
Ambiente de la Ciudad Autónoma. En mitad de una pertinaz
lluvia y en mitad de los jardines de San Sebastián, quedó
arraigado el primero de los árboles como símbolo de la
plantación masiva que en fases se irá desarrollando durante
el próximo año y medio.
Invertir en ecología y, al mismo tiempo, en mejorar la
acción social de quienes trabajan con los más
desfavorecidos, es en sí mismo una loable iniciativa que
trata de ir mucho más allá de lo meramente superficial,
aportando una herencia que contribuirá a un mejor entorno a
las generaciones venideras de ceutíes. Ese es el reto. Dejar
vida, mucha vida, para el futuro es sin duda la mejor de las
inversiones. El paisaje de los montes ceutíes y las próximas
generaciones de caballas serán los testigos de esta
iniciativa, pionera, generosa y única de Carlos Chocrón.
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OPINIÓN / EDITORIAL
