No cabe duda de que pisar tierra
ceutí y, por tanto, tierra española, en occidente, es haber
logrado llegar a las puertas del “paraíso”, tras salir del
“infierno” de algunos países.
Y digo esto, porque parece que nuestras tierras representan
el símbolo de la acogida, a todos los que se disponen a
pisar nuestro suelo, vengan de donde vengan.
Y está bien ser hospitalarios, no lo pongo en tela de
juicio, pero la hospitalidad está siendo tan grande que lo
logrado con sudor y sin ayudas, porque aquí no hubo “Plan
Marshall” por ejemplo, digo que lo logrando con un gran
sudor y pasando hambre, por parte de nuestros antepasados,
lo estamos, a veces, dilapidando, con aquellos que llegan,
de Dios sabe donde y con cualquiera sabe qué objetivos.
Aquí cada vez somos más dadivosos, pero en Ceuta ( España) y
en mi pueblo ( España, también) hay muchos matrimonios
jóvenes que carecen de un puesto de trabajo digno, que
carecen de un piso apropiado para vivir y, a esos, los
jerifaltes de ciertos países asiáticos o del centro de
África, no les van dar nada de las sabrosas cuentas
bancarias que estos jerifaltes o reyezuelos tienen en Suiza
o en algún otro paraíso fiscal.
Viene todo esto, al hacernos eco de esa patera que la
Guardia Civil ha interceptado en Benzú, con 11 inmigrantes a
bordo.
Y uno se da cuenta de que, como aquí es más fácil entrar que
a Austria, o a Italia, por poner dos ejemplos, pues la ruta
en busca del paraíso, que sea a través de Ceuta, o sea a
través de España, que pone menos trabas.
Y variopinta era la clientela que viajaba en la patera de
marras, ahí es nada: seis paquistaníes, cuatro subsaharianos
y un marroquí.
Lo del marroquí lo vamos a considerar como algo normal; los
de los subsaharianos como casi normal, desde hace varios
años, mientras que lo de los paquistaníes es algo más
exótico, pero a medida que van pasando los meses, se va
haciendo casi normal.
Para que nada faltara, en el grupo que viajaba en la patera,
también venía una mujer, embarazada, en avanzado estado de
gestación. La mujer era subsahariana y es posible que a
estas horas ya haya dado a luz, aquí en Ceuta.
Esto no puede tomarse a broma, pero hay que hacer algo que
sea tan contundente como que sirva para frenar estas
llegadas, ahora no masivas, pero constantes.
Mucha necesidad tiene que tener de salir de su tierra una
mujer en esas condiciones para meterse en una patera, con el
objetivo de llegar a Europa, al menos a España, y con rumbo
a lo desconocido, pero que será mejor que su punto de
partida.
Casos como este, que no son muchos, hay que atenderlos todo
lo mejor que se pueda, pero de ahí a dar cobijo luego, a
toda su parentela va un abismo.
Las relaciones entre países deben servir para algo, y lo
primero que hay que sentar es que aquí no se puede dar
cobijo a todo el que llegue, por lo que hay que marcar bien
el terreno, para que sean sus países quien les ordene la
vida, y que todos aquellos jefes de Estado, caudillos,
generales, presidentes y demás que están manejando como
quieren sus fondos, que sepan que aquí hay unos gastos,
grandes, con súbditos suyos que están ocupando la parcela y
están consumiendo algo que pertenece a otros que se lo
ganaron en su día con su trabajo.
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