Un particular denuncia “irregularidades” en la Consejería de
Sanidad desde hace casi seis años.
La protesta se remonta al mes de marzo del año 2002, cuando
el podólogo Alberto Millán presentó una reclamación, por la
vía administrativa, en el área de Sanidad situado en la zona
de San Amaro. La interpelación viene dada por las
actividades desarrolladas en un local de la barriada de El
Morro.
Según denuncia Millán, “el local social pertenece a la
Ciudad Autónoma y fue cedido para el uso y disfrute de la
barriada, pero en él un particular está ejerciendo de
podólogo y llevando a cabo todo tipo de escabechinas con los
pacientes”.
Como ciudadano, Millán presentó la reclamación ante la
Consejería de Sanidad, ya que un Decreto del año 99, de
carácter normativo, transfería estas competencias a la
Ciudad Autónoma.
Hasta la fecha el reclamante ha obtenido la callada por
respuesta y, siempre según Millán, una técnico de la
Administración le comunicó que “el expediente se había
perdido”. Sin embargo, este aporta un duplicado de la
reclamación.
Asimismo, Millán aseguró que este caso le afecta como
profesional, pero “también atañe a los ciudadanos por las
prácticas que está llevando a cabo este intruso”.
De este modo, el reclamante señala a diversos cargos de la
Ciudad Autónoma como encubridores de un asunto en el que
reina “el silencio administrativo”, ya que “no lo resuelve
ningún consejero y parece que al presidente no le atañe”.
Llegados a este punto, Millán se pregunta por el acuerdo con
el Defensor del Pueblo.
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