Fue con motivo del festival carnavalesco en el PEMAN, un 28
de Julio, no me llevé el coche porque me decían que tuviese
cuidado por si me quedaba dormido al regreso, con eso de la
marcha en CAI. No me acordaba yo lo puerco y lo cansino de
un viaje en autocar en pleno julio y agosto, la próxima vez
me llevo el coche aunque duerma en Punta San Felipe, Caleta
o Cortadura.
En Algeciras daba asco la estación compartida del
Comes-Portillo, los guiris con las mochilas de dos metros de
alto por cien kilos de ancho dando porrazos encima de los
bancos, donde me leía el Marca de los fichajes del Madrid,
una al lado mío comiéndose un pedazo bocadillo grasiento de
tomate y encima me preguntaba la hora, encima con la
fatiguita de la operación paso del Estrecho, que había
tenido momentos antes en el barco, un grifado medio desnudo
parecía de la guerra de Cuba, echando las bilis en medio del
anden donde me había acomodado con una familia gaditana,
suspirando por Cádiz, esperando embarcar lo antes posible
para quitarme esa pesadilla que estaba viendo, ay mi coche
con el aire acondicionado.
En Cádiz disfruté una noche carnavalesca inolvidable con mi
Comparsa de Quiñones y demás agrupaciones, a la vuelta de
madrugada esperando la apertura del Comes, no había
cafetería alguna abierta, broncas y carreras de las movidas
discotequeras, coches policiales lanzados y una vez dentro
del autocar con un espidifén como antídoto, me quedo frito
en todo el trayecto, al parar el bus en Tarifa, aquello era
lo peor que he visto en mi vida, luego en Ceuta nos
quejamos, un gentucerío de lo mas ordinario y cazurro,
llenos de anillos, colgantes, parecían los Maqueas esos de
la película padre coraje, si yo estaba adormilado como es
que estos cabrones estaban tan tiesos y cantando el auto de
papa, irían de éxtasis y de anfetas o de coca, no veáis la
que armaron en el bus comes de las 6 y media de la mañana,
el conductor prudente y paciente les decía que por favor que
tenia que llegar hasta Málaga, le pedían sobre la marcha un
bolígrafo para apuntar, la dirección de una chica, se metían
con las extranjeras, iban de euforia a tope, al final el
pobre conductor accedió a uno de esos cabanillas a bajarlo
en moncayo, le dijo lo hago por el resto del pasaje….
Y cuando me bajé en Algeciras, miré cómplice al chofer y los
dos resoplamos, con el aturdimiento de la noche el calor y
el viaje, entré como los locos al baño, que estaba horroroso
por donde pasara, me iba lamentando al bar iris del Comes, y
me decía al regreso que había que darle una medalla al
chofer del comes, que en Ceuta nos quejamos de los ganados
bovinos que tenemos, pero que pasado el Estrecho, ya he
visto y comprobado que nos superan con sobresaliente, es
Cádiz tierra de manicomios históricos, por eso siempre
decimos allí los hay mejores.
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