Tras la estupenda velada de la Cena de Gala en celebración
del XXVIII Aniversario de la Ciudad de Ceuta en Barcelona,
cuya crónica ya dan cumplida cuenta los compañeros
profesionales de “El Pueblo de Ceuta”, y luego de un
merecido descanso, decido acudir a las Atarazanas Reales, en
la barcelonesa Puerta de la Paz, donde se presenta “Bodies”
una muestra de esculturas…
Esculturas que en realidad no lo son, pues son auténticos
cadáveres procedentes de la Universidad de Medicina de
Dalian (China). Unos 250 cadáveres meticulosamente tratados
y abiertos en distintos puntos del cuerpo y son expuestos
con un fin simplemente didáctico.
Después de estar en Madrid y enterarme de que van a realizar
un Museo del Crimen, según exponía en un artículo anterior,
ahora me entero de que esa iniciativa es consecuencia de
ésta exposición que se desarrolla en Barcelona. De hecho, la
exposición de cadáveres seguirá después expuesta en Madrid.
Muchas anécdotas se han sucedido durante mi recorrido por el
museo, dado que la gente se impresiona con facilidad al
verse, como si fuera uno mismo, por dentro y les hace
meditar sobre los problemas de salud. Una de las cosas más
curiosas que he visto es la figura correspondiente al
cadáver de un hombre con los pulmones al descubierto.
Pulmones tan negros como el alquitrán y que figuran como
afectados por el tabaco. Al lado de ese cadáver abierto en
canal se encuentra una caja grande con cientos de cajetillas
de tabaco… la impresión que los visitantes fumadores reciben
al ver ese cuerpo lo asustan hasta que llegan a la decisión
de dejar de fumar por no verse a ellos mismos con ese
aspecto.
Es una exposición que resulta muy explícita como la mejor
lección de anatomía imaginable. En dos horas me enseña más
sobre mi propio cuerpo de lo que nunca he sabido. La
conservación de los cadáveres expuestos ha sido realizada
mediante un elaborado proceso por los mejores anatomistas
del mundo. El método se basa principalmente en la inyección
de silicona líquida de caucho que detiene la descomposición
de los cuerpos.
Hay más de 200 órganos dispuestos psicológicamente por todo
el museo. Muchos de éstos órganos están dañados por
enfermedades como el Alzheimer, el cáncer o la tuberculosis
y son verdaderamente espantosos de ver. Sin embargo resulta
ser un recorrido muy interesante y una auténtica novedad al
ser la primera vez que se expone en España éste tipo de
evento.
La exposición se desarrolla en nueve galerías, dedicadas
cada una de ellas a un aparato del cuerpo humano y el
recorrido comienza por los esqueletos, que impresionan menos
a los visitantes, Todos los cuerpos ofrecen una visión
impactante, sobre todo los fetos conservados en formol. Para
evitar problemas sanitarios, motivados por la impresión que
recibe la gente, existen carteles que avisan de ello antes
de entrar en cada sala.
Contemplar esas figuras, en diferentes posturas, es
verdaderamente espectacular y gracias a la ausencia de
líquidos y demás fauna cadavérica no producen asco, aunque
se han dado casos de lipotimias en personas demasiado
impresionables, y permite proseguir la visita con la mente
ya preparada. Muchos de los visitantes no lo han podido
soportar y a la cuarta figura que visionan, pasada la sala
de los esqueletos, dan la vuelta y salen del recinto
espantados e impresionados de lo que serán en el futuro.
Las imágenes reales de esos cadáveres que en su día fueron
personas, han quedado grabadas en mi mente… no cómo una cosa
morbosa si no como el recuerdo perenne de que somos seres
salidos del “polvo” y vueltos al polvo terrenal, en un claro
grito de que somos una simple molécula en el grandísimo
Universo, para el que los humanos somos una mota fácilmente
liquidable.
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