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La celebración, hoy, del Día
Mundial de la Infancia, ha servido de excusa a la Consejería
de Educación y Cultura que dirige Mabel Deu para poner en
marcha la campaña ‘La vuelta al mundo en 80 libros’, una
iniciativa dirigida a cerca de 1.300 niños y niñas ceutíes
que intentará hacer ver a los pequeños el insustituible
valor de la lectura no ya para comprender la información
contenida en los libros y asimilarla, sino sobretodo para
comprender el mundo de una forma crítica en su globalidad.
La importancia de la lectura es, además, cada vez mayor. En
la actual sociedad de la comunicación, caracterizada por la
sobreabundancia de datos a nuestro alcance, la lectura
comprensiva tiene un papel clave para convertir la
información en conocimiento, para saber discernir y para
digerir con criterio lo que recibimos de nuestro alrededor,
ya sea en un libro, en un periódico o en Internet. Durante
mucho tiempo el objetivo del Ministerio, Consejería o
Concejalía competente en el ámbito educativo fue garantizar
la escolarización de toda la población. En Ceuta aún restan
flecos de esa tarea por terminar de atar. Una vez lograda
esta meta, el reto actual, y en esa línea debería ir ‘La
vuelta al mundo en 80 libros’, es conseguir que todos los
alumnos reciban una educación de calidad. En busca de ese
cometido todos los especialistas coinciden en que es
fundamental que los jóvenes desarrollen y consoliden el
hábito lector. Claro que para ello hacen falta muchas más
cosas que una campaña puntual. Lo primero, en una ciudad
donde pese a su reducido tamaño las distancias se hacen
psicológicamente tan grandes, sería configurar un mapa de
puntos donde los jóvenes (y los no tan jóvenes, por
supuesto) puedan acceder a los libros con independencia de
su poder adquisitivo o de su lugar de residencia. Hacen
falta, es obvio, grandes bibliotecas como la que se proyecta
ahora o la que ya existe en el Polígono; y bibliotecas en
los centros educativos, pero también encontrar la fórmula
para dejar que parezca un hábito aburrido. Aún estamos lejos
de ello.
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OPINIÓN / EDITORIAL
