No podía ser en un sitio más
lúgubre, ni a menos metros de lo que iba a ser la entrada a
Ceuta, pero la circulación en tierra o en mar, siempre está
expuesta a accidentes, y aquí encalló un barco. El lugar,
según los entendidos, tiene múltiples problemas y la opinión
de gente que sale a diario al mar es que el responsable del
barco, en esos momentos, no debía conocer muy bien la zona.
Es una opinión que, viniendo de gente experta, la damos por
buena.
Sin embargo, para todos, ha habido suerte en que el barco no
transportara mercancías contaminantes o que pudieran
perjudicar al medio ambiente. Eso sí ha sido una suerte,
porque no quiero ni pensar la pataleta que iba a haber
cogido algún sector, si en vez de transportar bovinas de
acero, hubiera encallado un petrolero similar a aquel que
organizó en Galicia el “Nunca mais”.
Y entonces, como ahora, maldita la culpa que tenían ni las
autoridades autonómicas, ni las nacionales, de que un barco
procedente de ..., y bien en alta mar, o bien en las
inmediaciones de un puerto tenga una avería, o se encuentre
con un arrecife inesperado.
El accidente y el consiguiente disgusto para Ceuta, por
haber sucedido a pocos metros de la entrada de su puerto,
viene por el interés del carguero egipcio en querer repostar
en nuestro puerto.
Y la suerte, para todos, está en que el barco traía en sus
depósitos, tan sólo, 55 toneladas de combustible y además
ese combustible no corre peligro de derramarse.
Ahora bien, y tratándose de época preelectoral, me extraña
que a estas horas no haya habido alguien, que para fastidiar
al adversario, responsable de estas áreas marítimas, no haya
salido a escena diciendo que: “dadas las condiciones de la
zona, tendría que tener alguna señalización”, aunque sólo
sea en los mapas de rutas marítimas, que dicho sea entre
paréntesis, yo no sé si eso está marcado o no. Ni tampoco me
importa.
Como esto no ha sucedido, es que nadie culpa o hace
responsable a la Ciudad Autónoma de Ceuta, faltaría más.
Como esto no ha sucedido, es que nadie culpa, ni hace
responsable a la Capitanía Marítima, faltaría más.
Y como parece que vamos entrando en razones, incluso en
vísperas electorales, los accidentes se toman como
accidentes, la colaboración por parte de los organismos
competentes se da, porque para eso existen, entre otras
razones, y dejar en todo lo alto el buen nombre de una
región o una ciudad está en consonancia con las atenciones y
los medios que haya dispuesto para que la desgracia lo sea
menos.
El barco “Alzahraa”, de bandera egipcia, de 127 metros de
eslora y 18 de manga, está separado a unos 500 metros de la
orilla de la playa de San Amaro.
Viajaban en él 33 tripulantes egipcios que no han sufrido
ningún daño y trataba de repostar 150 toneladas de fuel, en
el puerto de Ceuta.
El carguero procedía de Libia y se dirigía a Inglaterra,
donde dejaría las 6000 toneladas de bovina de acero. Un
arrecife frenó, esperemos que por poco tiempo, esa marcha y
lo más importante, además de la salud de los tripulantes es
que el medio ambiente no sufra otro “atraco” más. En esta
ocasión, pues, digamos que de momento en vez de accidente ha
habido un fuerte incidente, que en breve estará resuelto.
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