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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE NOVIEMBRE DE 2007

 
Análisis

Apuntes de seis días

Por Manolo de la Torre


Lunes. 12

Me cuenta lo que les voy a contar y quien lo hace es persona de fiar. Cuyo nombre, por cuestiones obvias, me van a permitir que me reserve. Estaba él en el sitio justo y a la hora oportuna, cuando observó, desde su situación privilegiada, cómo se habían enfrascado en una conversación muy placentera Juan Luis Aróstegui y un diputado del Partido Popular. Ajenos ambos a que por encima de ellos había alguien que oía perfectamente lo que hablaban. De pronto sonó el teléfono portátil del hombre que lidera el ‘Foro de la izquierda’. Y alguien le preguntó si había leído las declaraciones de Salvador de la Encina acerca de su reunión con los integrantes del foro. JLA dijo que no. Como suele hacer siempre que le preguntan sobre si ha leído tal o cual escrito. El interlocutor lo puso al tanto de que el diputado socialista no había caído en la trampa. Pues había declarado a los medios que con los del foro nada de nada. Vamos, que no iba con ellos ni a tomar el aperitivo. De modo que quien llamaba quiso saber si Aróstegui estaba dispuesto a quemar el último cartucho para ver si podían engatusar al hombre que ha enviado Pepe Blanco a que consiga un PSOE ceutí, que no lo conozca ni Fructuoso Miaja. La respuesta del líder del PSPC fue la siguiente: nos daremos por vencido; otra vez será. Todo ello entre las risas y complacencias del diputado popular. ¿Les suena un Aróstegui echado por parte del PP local para tratar de derruir todo el trabajo que haga De la Encina? A mi no. Pero sí a mi confidente. Aunque, de momento, Aróstegui ha pinchado en hueso.

Martes. 13

Estoy en deuda con la Asociación de Amas de Casas. Lo recuerdo en cuanto leo que han celebrado una asamblea general en el Hotel Parador la Muralla. Y, claro, aprovecho la ocasión para quedar bien con Inés y con Encarna. A quienes les prometí, hace ya su tiempo, dedicarles una parrafada en este espacio. Por Encarna siento yo el afecto de haberla tratado durante muchos años y haber sido muy amigo de su marido: el siempre recordado Joaquín Silva. Con quien no me cansaba de hablar de fútbol. Sobre todo porque a los dos nos unía el amor por los colores madridistas.

No hace falta decir que me alegra ver a Encarna dedicando su tiempo y prestando su ayuda a la asociación. Y dada su extraordinaria sensibilidad seguro estoy de que su labor será muy apreciada por cuantas personas participan a favor de una causa que entre otras cuestiones tiene como principal la defensa de las mujeres. Por tal motivo, Inés López, señora con carácter y dispuesta en todo momento a luchar denodadamente en defensa de las féminas, nos recuerda que el próximo 25 de noviembre se celebra el Día Mundial contra la Violencia de Género. Y propone que las mujeres acudan en masa el día 24 a la plaza de la Constitución a manifestarse. Dicho queda presidenta. Y a mandar que para eso estamos.

Miércoles. 14

El Hotel Parador La Muralla atravesaba por uno de los momentos más difíciles de su historia. Porque desde hacía varios años la incuria se había apoderado de quienes estaban obligados a velar por su mantenimiento. Los clientes se quejaban y el establecimiento comenzaba a dar muestras evidentes de decrepitud. Y todo ello ante la mirada atónita de unos empleados que deseaban por todos los medios que se tomaran las medidas oportunas. Con el único fin de hacer posible que el Parador volviese a recobrar su tan añorada vitalidad.

La cual se había ido debilitando sin prisas pero sin pausas hasta el extremo de dar señales palpables de ruina. Y donde se aposenta la ruina ya se sabe: muerte segura. La situación era grave. Más grave de lo que podían pensar quienes no frecuentaban el edificio. Creo recordar que algo escribí al respecto en “El Oasis”, no ha mucho. Pues bien, la primera decisión consistió en cambiar de director. Y Pedro Fernández Olmedo, que así se llama el recién llegado jefe, se ha encontrado por delante con una tarea ardua. Pero, según me cuentan quienes lo están viendo actuar, la ha asumido con una enorme ilusión. De momento, me consta que se ha ido ganando la confianza de muchas personas que están dispuestas a ayudarle en su compleja labor. Y es que el Hotel Parador La Muralla necesita recobrar su prestigio perdido. Dado que es un centro de referencia de la ciudad.

Jueves. 15

Leo la página donde se anuncia que el domingo comienza este periódico a presentar su colección de fotografías pertenecientes a la visita de los Reyes. Nos dicen que serán ochenta instantáneas. Con papel fotográfico de alta calidad. La verdad es que la visita de Don Juan Carlos y de Doña Sofía está dando para mucho y en todos los sentidos. Por cierto, que se me ha preguntado en calidad de qué fue Emilio Cózar a la comida Real, celebrada en el Hotel Parador La Muralla.

Y lo único que se me ha ocurrido es encogerme de hombros. Ya que ni siquiera sabía que el citado Cózar había formado parte de las trescientas personas más relevantes de la sociedad caballa. De pronto, y tras las dudas de rigor, respondí que iría en calidad de presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta. Que, al parecer, es un cargo que tiene suma importancia para el Presidente de la Ciudad. Mi interlocutor respondió con celeridad: “Por esa razón también debieron ser invitados los presidentes de otras federaciones”. Quia, hombre..., Emilio Cózar, además de su cargo federativo, es asesor de Juan Vivas en asuntos de suma importancia para la vida de esta ciudad. Y, desde luego, es persona que debe acompañar a éste en todas las citas extraordinarias. Y es así porque su sapiencia, en todos los sentidos; su bagaje cultural; su prestancia en el decir, y sus valores cristianos son los mejores avales para que ocupe siempre un sitio a la diestra de nuestro admirado presidente. Ello es algo que no admite la menor discusión. Quien me preguntaba, ante mi contundente contestación, se quedó mirándome con cara de creer que estaba ante alguien que había perdido la chaveta. Y lo entiendo.

Viernes. 16

Leyendo me entero de que Nicolás Fernández Cucurull participará, durante el fin de semana, en el programa electoral de su partido. El senador del Partido Popular me cae la mar de bien. Creo haberlo dicho ya en varias ocasiones. Pero lo repito por si acaso los hay que todavía no lo saben. NFC es persona preparada, atenta y nunca me puso trabas cuando yo recurría a él para que me contase lo justo con el fin de salir airoso en mi trabajo. Lo cual, la verdad por delante, no fue motivo para que se librara de mis criticas desfavorables cuando se encartó.

Con Nicolás es posible conversar siempre con la tranquilidad que da el conocer que uno está ante alguien con capacidad de reflexión y un saber estar demostrado innumerables veces. Cierto es que lo conocí muy joven. Cuando en los albores de los años ochenta estudiaba en Andalucía y allá que nos veíamos cuando yo solía darme un garbeo por Sevilla con el actual presidente de la Ciudad. De Fernández Cucurull se decía que era un magnífico estudiante y una gran persona.

El tiempo ha pasado, estimado Nicolás, más rápido de lo que yo pensaba, sin duda; pero tú has cumplido con creces los objetivos que te propusiste. Y, desde luego, no dejaste en la estacada a quienes confiaron en ti. Ya ves, senador, que en ocasiones me puede la sensibilidad. Aunque algunos se encargarán ya de tildarla de sensiblería.

Sábado. 17

Estoy a punto de salir a la calle, como cada mediodía, para darme una vuelta por las instalaciones de El Pueblo de Ceuta. De las que uno no se cansa nunca de decir que son extraordinarias. Para luego continuar con mi recorrido habitual a fin de airearme un poco, pegar la hebra con quien se encarte y hacer tiempo para comer. De pronto suena el teléfono. Y en cuanto cojo el aparato sé ya perfectamente a quién pertenece la voz de la persona que me llama desde un teléfono público. Ni siquiera me molesto cuando quiero saber su nombre y me responde que es lo de menos en ese momento.

Eso sí, con la delicadeza suficiente para que yo no la cortara de inmediato. Su llamada es para que, si a bien lo tengo, indague en una historia pasada pero que por su importancia podría interesarme mucho. Se trata de la condonación de una deuda millonaria por parte de una entidad, no sé si me dijo la Caja de Ahorros de Ceuta o la actual Caja Madrid, a un sujeto que no cesa de dárselas de honrado y de vivir siempre de su trabajo. Me explica que él conoce a quienes hicieron las gestiones para que la trampa quedara sin saldarse.

Y que ya está harto de oírle pamplinas a quien ha sido toda su vida un mal pagador. Mi contestación fue la siguiente: yo nunca he indagado en asuntos de esa índole. Y tampoco lo haré en esta ocasión.

De cualquier modo, le aseguro que esa cuestión de la cual me habla me era ya conocida. Y jamás he querido referirme a ella. Dicho queda.
 

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