La visita de Sus Majestades los Reyes de España a Ceuta,
sigue todavía coleando en cuanto a sus consecuencias, pero
que nadie se piense que nos estamos refiriendo a las
repercusiones de la misma en Marruecos o en la actitud de su
gobierno, la cual, por otra parte, además de esperada, no ha
producido efectos de ningún tipo en nada que nos sea
sensible, cosa, por otra parte, además de lógica, plausible.
La cuestión, es que una visita histórica para Ceuta, y esta
lo ha sido, no podía tratarse sin más por los medios de
comunicación de la ciudad, que por su propia razón de ser,
además de plasmar gráficamente el instante, tienen cierta
obligación moral de ofrecer a todos los ceutíes la
posibilidad de conservar esos instantes, de preservar la
historia para sus hijos y nietos, y de hacerlo de una manera
digna.
Este medio de comunicación, ‘El Pueblo de Ceuta’, así lo ha
entendido y ha hecho un esfuerzo al que, por otra parte
entiende que se sentía obligado, de facilitar a todos los
ceutíes un recuerdo imborrable de los mejores instantes de
la visita de S.S. Majestades a nuestra ciudad, anunciando el
cumplimiento del compromiso para este domingo, mediante la
correspondiente publicidad aparecida en nuestro periódico en
los últimos días.
Ningún otro medio de comunicación escrito, había pensado y,
por tanto decidido, ofrecerles a los ceutíes un testimonio
de afecto sobre una cuestión en la que se han volcado y han
sido verdaderos protagonistas, un día en el que Ceuta era el
centro de España y de otros lugares, un día en el que los
ceutíes volvieron, como en muchas otras ocasiones, a dar su
verdadera talla: la que dan los españoles sin complejos.
Pero el anuncio de ‘El Pueblo de Ceuta’, puso una vez más en
ridículo a los que presumen de decanato y experiencia,
quienes más entretenidos en ocuparse de sus negocios,
olvidaron el deber de servicio público que los medios de
comunicación tenemos, testigos del presente y notarios de la
historia, y sólo espoleados, como los caballos, por la
diligencia de este periódico, se dan cuenta de su
indolencia.
El caso es que a partir del anuncio de ‘El Pueblo’ para este
domingo, de ofrecer a los ceutíes un resumen gráfico de la
visita de los Reyes a Ceuta, aparece el presunto ‘decano’
(que las honras hay que ganárselas no sólo con los
trienios), anunciando una promoción semejante, que en nada
es igual ni en calidad ni en interés a la anunciada por este
medio de comunicación. Y, además, lo hace el ‘decano’,
deprisa y corriendo para superar en plazos al autor de la
idea, como avergonzado e intentando con ello que los ceutíes
ignoren la oferta de ‘El Pueblo’.
Qué mal dirigido debe andar el decano de la prensa en Ceuta,
que no cae ni en la cuenta de la importancia que para los
caballas ha tenido la visita de Los Reyes, una dirección y
un editor más ocupados, entretenidos y obsesionados en que
otros no obtengamos de los ceutíes su fidelidad, que de
ofrecerles un producto de calidad, empeñados que andan en
seguir manipulando al Gobierno de la Ciudad, para continuar
con un indeseable monopolio para Ceuta, muy deseable, eso
si, para ellos, que así se lo montaron.
Y han pretendido ocultar su vergüenza, con la desvergüenza
de dar la sensación de adelantarse a nosotros plagiando una
idea y una promoción, ofreciendo peor calidad sin ponerse
colorados y, aventurando una vez más, que los ceutíes
todavía cambian votos por sartenes.
Quienes ojean a diario los periódicos, la mayoría de los
ciudadanos, saben que lo que estamos diciendo es cierto, que
no es difícil deducir, visto lo visto y publicado, que si
este periódico no hubiese anunciado su regalo a los ceutíes,
el ‘Rafaro’ (nuestros respetos por ‘El Faro’ a secas) jamás
hubiese anunciado el mal plagio y, que de ser el ‘Rafaro’ el
único medio de comunicación escrito en Ceuta, los ceutíes
tendrían como recuerdo único de la visita a Ceuta de S.S.
Majestades los Reyes de España, el ramploncillo reportaje
gráfico del ‘Rafaro’ del día siguiente, en mal papel, como
lo demás. ‘El Pueblo’ seguirá desempeñando su papel, de
auténtico servicio público aunque tenga que llevar a
remolque al ‘decano’, aunque así, todos, por culpa del
remolque, tengamos que ir al paso de la gallina.
Y seguirán presumiendo de tirada, decanato, historia…
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