Cuando ya se ha apagado ese
fervor, favorable, tras la visita de los Reyes a nuestra
ciudad, Ceuta vuelve a su auténtica realidad y, en pocos
días, se están dando demasiados problemas que no son nuevos.
Unos de ellos, y no viene de ayer, es el del polígono del
Tarajal, con los porteadores, el Biutz y todo lo que lo
rodea.
Vemos que el Tarajal podría recurrir a la seguridad privada
para controlar los accesos. Mala cosa es que no haya, o no
se confíe, totalmente, en la seguridad pública, que debe dar
confianza a todos, y en todos los momentos.
Y la situación está complicada por todo lo que conlleva en
sus alrededores, cuando las aglomeraciones en el exterior
del Tarajal bloquean el acceso al colegio Príncipe Felipe.
Y aquí, no podía ser de otra forma, se alza la voz, con
sentido, de un político, Mohamed Alí que tilda de
“vergonzosa” e “inadmisible” la situación en la que se
encuentra ese centro.
Es, de verdad, una bola de nieve que va acrecentándose, sin
que se le dé una solución que pueda ser definitiva.
Esperemos que un día se haya solucionado este problema que
va de la mano de la historia de Ceuta hoy.
Simultáneamente, aunque esto sea esporádico, pero repetido
en muchas ocasiones, nos encontramos con una buena actuación
de la Policía que se incautó de 200 kilos de hachís, así
como otros varios de cocaína y de heroína.
Esto, tengo que repetirlo, me aterra, porque aquí estamos,
otra vez, con la salud pública que es adulterada si se
permite y no se sancionan, de verdad, estas actuaciones.
Un fuerte operativo policial, controles, registros y algún
detenido, es el primer balance de esta operación, en la que
la Policía Nacional ha golpeado para resquebrajar o romper
parte de la infraestructura del narcotráfico del “Príncipe
Alfonso”.
Una actuación policial firme, segura, sabiendo hacia donde
iban y con un dispositivo perfectamente preparado, para que
nada pudiera fallar.
Es cierto que alguno, o más de uno, habrán podido escapar de
los registros policiales, pero los alijos y el lugar donde
estaba “la mercancía” ya no es un secreto y se ha controlado
en su totalidad.
Y como no hay dos sin tres, aunque esto sea, aparentemente,
de corte menor y con menos calado, tenemos que ir al
incidente en la bodega del buque Alborán, donde el
desplazamiento de la cabeza tractora de un camión hizo que
la salida de las nueve y media de la mañana del miércoles,
del barco de Acciona, tuviera que ser retrasada, hasta las
doce y media, con lo que se perdió una rotación.
Hubo que recurrir a medios externos, utilizando una grúa de
ochenta toneladas para recuperar la posición horizontal del
camión respecto de su propia carga.
La rotación de Acciona, pues, se vio suspendida hasta tres
horas después y los viajeros, los perdedores de siempre,
fueron trasladados a otro barco.
Muchas cosas, pues, en pocos días, y todo ello tras una
semana, la anterior, de mucha calma en la que lo bonito, el
verdadero escaparate de Ceuta se lució por todo el mundo.
Lo de estos otros días es más desagradable, es la trastienda
que Ceuta no tiene y no debe lucir nunca más.
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