Revisando los titulares de los
semanarios marroquíes de hace días llama la atención el giro
radicalizado de los mismos tras el discurso de Mohamed VI,
si bien con importantes matices en su mensaje: “Maroc Hebdo
International” escoge en un gran titular el término
“Ruptura”, en letras rojas sobre ambos monarcas; “Le
Reporter” enmarca el retrato de Don Juan Carlos, vestido de
militar, al lado de un interesante titular: “¡Roto el
acuerdo tácito hispano-marroquí”!; por su parte “Le Journal”
entiende que la visita “a los enclaves de Ceuta y Melilla
revive viejas tensiones de cinco siglos entre dos reinos”,
mientras al lado de un expresivo epígrafe
(“Marruecos-España: los demonios del pasado”) recupera la
foto de un encuentro entre dos dictadores: Franco y Hassán
II; finalmente y de forma más templada, “Tel Quel” emplea
solo un modesto cintillo en la parte superior (“Crisis: Juan
Carlos desafía a Marruecos”) mientras, en su interior y tras
un modesto reportaje de dos páginas (“El Rey en Sebta”, sin
adjetivar) recoge críticamente, en la página 12, los “vivas”
a ETA que se empezaron a dar en la manifestación de Tetuán
el domingo día 4 y que, como sabe el lector, el arriba
firmante cortó de cuajo: safi baraka.
Mientras la diplomacia marroquí con su ministro de
Exteriores en cabeza, Taib Fassi Fihri, intenta tranquilizar
a sus homólogos españoles asegurando que “Marruecos no
relajará la guardia pese a la tension” en dos materias que
España considera prioritarias (la lucha contra la
inmigración clandestina y el terrorismo islamista), la
realidad es que curiosamente se ha vivido estos días un
“repunte” en la llegada de pateras procedentes del mismo
Marruecos, una de ellas con 32 menores a bordo que pasarán,
probablemente, a engrosar la lista de los cerca de 1.100
chavales menores de edad que viven tutelados en nuestro
país, a la espera de una solución definitiva (léase
repatriación) que, en puridad y ley en mano, ya debería
haberse producido… En cuanto al terrorismo “yihadista” y
ciertas maniobras de desestabilización ya les comentaré
mañana.
Mientas tanto y en un gesto retórico (mientras el embajador
marroquí sigue sin regresar) el portavoz del Gobierno, Jalid
Naciri, después de constatar lo evidente (“Las relaciones
marroquí-españolas están pasando por una crisis”) expresaba
el pasado día 15 su deseo de que los españoles “pondrán su
mano en la nuestra para superar la crisis”, para precisar a
continuación “la necesidad de abrir un diálogo sobre el
porvenir de estas dos ciudades”, Ceuta y Melilla. Lisa y
llanamente, Marruecos está poniendo sobre la mesa su famosa
propuesta de la “Célula de Reflexión”, (a la que, según me
aseguraron en Rabat, habría dado su visto bueno” el ex
Presidente Felipe González, “un gran amigo de Marruecos y
con intereses millonarios en el país”): “Meditación”,
“Diálogo”, “Consenso” o como quiera llamársele, pero con las
cartas marcadas y un fin predeterminado como advertía
recientemente el Rey Mohamed VI al hablar de un “diálogo
responsable que asegure nuestros derechos de soberanía y
tome en consideración los intereses españoles”. Estoy en
condiciones de asegurarles que Rabat aceptaría, a plazo
fijo, una “rebaja”: la “cosoberanía”.
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