No ha extrañado a nadie la
separación temporal o para siempre de la hija mayor del Rey
y Marichalar.
Hace años, digo años, ya estaba en la calle el rumor que,
casi siempre, es la antesala de la noticia, de que ese
matrimonio no iba demasiado bien.
Y tampoco es extraño, por el ambiente que ha rodeado, desde
siempre al matrimonio.
Aquí, en España, y me parece bien, posiblemente porque el
Rey representó el cambio total, tras la muerte del caudillo
Franco, todo lo que atañe a la Casa Real se está tratando
con máxima discreción y con un respeto, que no se da en
otras monarquías.
Esto, posiblemente, ha hecho que una noticia “ a voces” se
haya “semi ocultado”, hasta que ya no se podía guardar más.
De momento los Soberanos no han dicho nada, en el viaje a
Valladolid de hace dos días y, únicamente, la Infanta
Cristina habló de tranquilidad en su hermana.
Las cosas son como son y ahora ya con más medios de
difusión, y no todos monárquicos las cosas “de palacio”
salen a la luz.
Con todo, y es algo que se da cada día en miles de familias,
de momento no han entrado los carroñeros en busca de carne,
a lo grande y eso que Marichalar, y no DE Marichalar, no era
santo de devoción de casi nadie, aunque ser yerno de quien
es le va a librar de que salgan por ahí más cosas.
Algún especialista en derecho, ya en la televisión comentaba
que a partir de ahora, especialmente por los menores,
tendrán que aclararse cosas como: con quien van a vivir,
cual será el régimen de visitas, cual será la cuantía para
la manutención ...,dicho sea de paso, los mismos trámites
que se siguen en una familia normal que no sea de reyes.
A punto están, cuando yo estoy escribiendo, de salir las
revistas del corazón, o del cotilleo, según se mire. Aquí no
creo que haya exclusivas, por parte de nadie, y si no se han
hecho declaraciones sobre esto, lo más fácil es que nos
encontremos con mil elucubraciones que, en líneas generales,
buscarán la curiosidad de los lectores, pero se quedarán a
medio camino de lo que sea la verdad.
Más de un comentario, posiblemente tendencioso, ha hablado
de que había una especie de acuerdo para que no se llevara a
cabo este desenlace hasta después del cumpleaños del Rey,
allá por el día de Reyes.
Si era cierto eso, no tuvo que ser muy sólido el acuerdo
cuando se ha roto, o por el contrario, si era sólido el
acuerdo, algo más grave tuvo que haber, para llegar a donde
se ha llegado.
Dejando de lado sentimentalismos familiares, que no serán
más, ni menos que en cualquier otra familia, hechos como
este nos ponen en sobre aviso en torno a la fragilidad,
también en las casas reales, de las uniones matrimoniales,
especialmente, si se hacen por simples intereses de
descendencias.
Aquí no habíamos vivido nada similar, en muchos años, los
Reyes eran jóvenes, los hijos fueron creciendo y al llegar
la hora de la verdad son humanos, igual que cualquiera y
cariños o desengaños también les corresponden a ellos.
En otros momentos hubiera sido la comidilla de varias
semanas, ahora, sin embargo, una vez que se pase este primer
“susto” las aguas volverán a sus cauces. Eso seguro.
|