Se ha desgranado finalmente la
margarita de la duda existencial que ha protagonizado el
ambiente en las dos últimas semanas desde que los rumores de
privatización de Acemsa inundarán ciertos mentideros que
alertaron a los trabajadores.
No es ninguna novedad que la situación económica por la que
atraviesa Ceuta indica fundamentalmente la necesidad de
buscar salidas, en la mejora de la gestión de aquellos
departamentos más o menos costosos para la Ciudad Autónoma.
Al menos se hace necesario un diagnóstico veraz, equilibrado
que apunte hacia la mejora de los medios y la optimización
de los recursos que redunde en una operativa más beneficiosa
en la cuenta de resultados al final del año entre los
ingresos y los gastos.
De momento, aun entendiendo la preocupación de los
trabajadores por su estabilidad, no viene mal un análisis
con un profundo informe que determine una probable
remodelación de la gestión que sirva como carta de
navegación para evitar ‘debilidades’ que incidan
negativamente en el futuro desarrollo de la empresa y su
devenir.
Precisamente por ese mejor futuro laboral, en el bien
entendido reforzamiento de la estabilidad del personal, es
necesario descubrir las ‘fugas’ que debilitan la gestión
integral del agua en Ceuta. El informe, extenso, se ha
centrado en determinados puntos mejorables e indica detalles
que implican exceso de suma en el gasto.
En cualquier caso, la Ciudad hace bien en, no pensando en la
privatización y sí en la mejora y optimización de los
recursos de la empresa, solicitar un Plan integral para la
remodelación de aspectos de la gestión que redunden en una
mayor capacidad operativa de la sociedad municipal.
Las aguas vuelven a su cauce y los trabajadores reconocen
sentirse satisfechos, entendiendo igualmente la preocupación
del gobierno por mejorar la calidad del servicio, algo que
los trabajadores también desean.
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