Charlie Hunter y su Trio dieron ayer una exhibición de
improvisación sobre bases de jazz y blues en la jornada
inaugural del XIII Festival Internacional de Jazz de Ceuta,
que rindió una cálida acogida al hombre de la guitarra de
las 7 cuerdas –ha llegado a tocar con 8– a la vista del
aspecto que presentaba el Salón de actos del Palacio
Autonómico, que se quedó pequeño para ver al virtuoso
guitarrista californiano.
Antes de eso, Charlie sustituía su guitarra de siete cuerdas
por una excéntrica cafetera que resultó ser una tetera que
se autocalentaba. Me saludó efusivamente cuando salió del
ascensor del Hotel Tryp, hablando en castellano.
– Voy a por agua caliente –me dice– ¿quieres un té?
– ¿Por qué no? –contesto.
Se dirigió a la cafetería y, siempre sonriente, le pidió
agua caliente para su extraño artefacto con té en el fondo.
– ¡No! ¡No lo toques! –gritó de repente el bueno de Charlie;
pero ya era tarde, la camarera se quemó al agarrar el bicho
por la parte de abajo. Parece ser que, por algún extraño
motivo, estaba muy caliente.
Si no se disculpó con la camarera 15 veces, no lo hizo
ninguna.
– ¿Qué clase de té es? Porque es te, ¿verdad? –le pregunté
acomodados los dos en los sillones del hall del hotel.
– Es de japón. ¿Te gusta? –me preguntó.
– ¡Claro! –respondí. ¿Cómo decirle a una estrella de la
música que su té sabe a rayos? Muy amargo.
Se levantó a llevar un cenicero lleno de colillas a otra
mesa.
– No soporto el tabaco –dijo haciendo una mueca.
Está bien, pensé, no sacaré del bolsillo el paquete de
cigarrillos.
– Cada noche es un concierto completamente diferente, porque
nosotros somos improvisadores. Aunque hay un repertorio
sobre el cual improvisar.
– ¿Cuántas influencias tiene Charlie Hunter?
– ¡Muchísimas! –responde con entusiamo– Estamos en el siglo
XXI y tenemos muchas más influencias que sólamente jazz, si
bien el jazz es una plataforma.
– ¿Te va el blues también?
– Yo soy un guitarrista americano, así que siempre hay blues.
– ¿Hay algo más?
– No me gusta meter la música en pequeños cajones
–seguramente se refiere a las etiquetas– La música es algo
grande y siempre hay posibilidades de mezclar.
– ¿Cómo defines a tu banda?
– No es posible. Lo único que la define es el groove –el
ritmo–.
– Tenemos que hablar de tu guitarra de ocho cuerdas...
– Actualmente –me interrumpe– utilizo una guitarra de siete
cuerdas. Es casi igual, pero sin la cuerda más alta. Es
mucho más fácil para tocar, porque esa cuerda es muy ancha.
Uso tres cuerdas de bajo y cuatro de guitarra.
– Dicen que eres capaz de sacar el sonido del bajo y de la
guitarra al mismo tiempo.
– ¡Sí! –contesta entusiasmado– Yo he creado un instrumento
con muchas zonas mestizas.
– Osea, que no das de comer a los bajistas.
– Yo soy el bajista –sonríe.
– ¿Sabes de alguien más que sea capaz de hacerlo?
– No.
– ¿Y el tema de los trastes oblicuos? –pregunto. Sin
embargo, la respuesta resulta tan técnica y farragosa que no
me entero de nada, aunque asiento con la cabeza como un
tonto.
– Toda la información está en mi web, charliehunter.com
–dice al fin.
– He leído que tuviste de profesor a Joe Satriani.
– ¡Sí!, cuando era un adolescente él era el profesor de
guitarra en mi pequeña ciudad, Berkeley. Todavía no era una
gran estrella, sólo un profesor de guitarra. Ahora es
famoso, pero en los años 70 no.
– Se hizo famoso tocando heavy metal, un estilo bastante
diferente al que tú haces.
– Sí, es muy diferente. Es increible cómo toca esa música,
pero para mí no es útil, porque yo hago una cosa
completamente diferente.
– ¿Quiénes serían tus guitarristas favoritos?
Piensa durante un buen rato para acabar diciendo:
– Hay muchos, no puedo escoger.
Nos despedimos y Charlie se vuelve hacia la camarera para
pedirle por enésima vez disculpas. Es un tipo muy afable,
sin duda.
|