El ministro de Asuntos Exteriores ha fijado la posición
española en relación a la polémica surgida en Marruecos como
consecuencia de la visita oficial que los Reyes realizaron,
a primeros de mes, a las ciudades autónomas de Ceuta y
Melilla. Miguel Angel Moratinos ha señalado que no ha
entendido la llamada a consultas del embajador marroquí.
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel
Angel Moratinos, defendió ayer que la visita de los Reyes a
Ceuta y Melilla tenía que satisfacer a los españoles, puesto
que hacía 80 años que no viajaba a las ciudades autónomas un
monarca, y no a Marruecos. Asimismo, consideró que con su
actuación el Gobierno “no hizo nada malo” salvo defender la
posición española.
Según explicó el ministro durante su intervención en los
desayunos informativos de Europa Press, cuando se organizó
la visita “institucional” de los Reyes “sabíamos que iba a
haber una reacción de Marruecos”. El Gobierno marroquí “no
ha acogido con satisfacción” esta visita, pero, añadió, “los
que tienen que estar satisfechos son los españoles”.
En cuanto a la elección del momento para que la visita se
produjera, se consideró que “era buen momento, después de 80
años” sin visitas de ningún monarca a estos territorios
españoles, y lo único que se planteo fue que se hiciera
“después del Ramadán y de la formación del nuevo Gobierno
marroquí”. Tras el éxito de la visita, “yo creía que me iban
a felicitar y me pidieron la dimisión”, lamentó,
considerando que estamos “en el mundo al revés”. “Aquí
parece que hemos hecho algo malo, pero ¿no hemos defendido
nuestra posición?”, se defendió. “Me hubiera parecido
anormal si el ministro de Exteriores o el Gobierno hubieran
impedido la visita”, insistió. Pero, consideró, “la
ciudadanía lo comprende porque tiene madurez para entender
lo que está bien y lo que está mal”, y será la que decida en
las próximas elecciones sobre qué tipo de política exterior
prefiere. Por otra parte, Moratinos, para quien la llamada a
consultas de un embajador “es lo último que hay que hacer”,
señaló que el Gobierno no entendió la decisión de Marruecos
en este sentido y expresó su deseo de que el embajador
marroquí en España, Omar Azziman, vuelta “cuanto antes”.
“Los embajadores tienen que estar en su puesto pero
corresponde al Gobierno marroquí el decidir”, aunque,
añadió, “espero que sea pronto”.
Según el ministro de Exteriores, “con Marruecos hay que
llevarse porque es nuestro vecino del sur” y porque existen
muchos intereses comunes. “No hay alternativa”, agregó, si
bien no se mostró partidario de decir que “estamos
condenados a entendernos”.
En este sentido, incidió en que su labor precisamente es
“mantener una buena relación con Marruecos” y se declaró
“seguro de que lograremos mantener e incluso aumentar la
amistad” por los intereses crecientes que ambos países
comparten. Esto, agregó, “nos da la confianza para seguir
avanzando”.
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