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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 14 DE NOVIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Dicen los entendidos en el asunto de la tauromaquia que lo que hace grande a un torero, convirtiéndolo en primera figura es saber, parar, templar y mandar. Si los entendido lo dicen que saben mucho más que yo es porque, sin duda alguna, será así. Vamos, digo yo.

Pienso, y en esta ocasión no voy a pedir perdón por pensar, que ya han pensado bastante las “lumbreras” de esta tierra con resultado más nulo que el de una muñeca, que este símil taurino se le podría endosar a los grandes políticos puesto que, ellos, llegan a ser grandes figuras de la política, desde el momento que saben parar a los contrarios, tener mano izquierda con lo que templar las cosas y, por supuesto, saber mandar en todo momento y ante todas las circunstancias. Cosa, por otra parte, que no son fáciles de poseer.

Pues bien, después de las dos soberbias actuaciones de nuestro presidente Juan Vivas, donde a sabido parar, templar y mandar, ha obtenido todos los méritos necesarios para consagrarse como un gran político. Vamos, que ha dado la talla de gran político ante los más exigentes. Incluso sus propios enemigos han tenido que decirle chapó al presidente.

Juan Vivas, al que le tengo afecto porque me da la gana y porque quiero. El afecto es un sentimiento personal e intransferible que no me ha llegado porque, el presidente, me haya dado ningún carguito ni nada por el estilo. Que si fuese por eso, más que un sentimiento nacido de la amistad, sería por ser un estómago agradecido, cosa que nunca ocurrirá porque nada le he pedido ni, por supuesto, nada le voy a pedir. O sea que me puede borrar con tranquilidad de la lista que conforman todos aquellos que, cada día, aparecen para preguntarle “¿de lo mío, qué?”.

Y hablando de listas, me siento orgulloso de estar en otra lista, “negra”,de algunos mandas con pito y gorra. Lo que me permite decir lo que pienso de todos ellos con toda claridad, entre otras cosas, el reconocimiento de su escasa preparación cultural que les lleva a ingresar, por méritos propios, en la lista de los analfabetos.

Me estoy desviando del asunto. Lo que yo les quería decir de Juan Vivas, aplicándole el símil taurino es que, nuestro presidente, últimamente, en corto espacio de tiempo ha hecho dos faenas, de esas que hacen salir a hombros por la puerta grande portando todos los trofeos.

La primera el discurso pronunciado, ante sus Majestades, con motivo de su primera visita oficial a nuestra tierra. Pedazo de discurso se marcó Juan. Un discurso para estarle diciéndole ¡Olé! A cada frase pronunciada. Y la segunda, la que le dio sopa con ondas a todos los tertulianos en la entrevista que le realizó Ana Rosa Quintana. Allí, de verdad, por derecho supo estar a la altura de las grandes figuras de la política, contestando a todas cuantas preguntas le hicieron con gran brillantez.

Juan Vivas, fue en su día un gran funcionario. Y ese gran funcionario, se ha convertido, con el paso del tiempo en un extraordinario político que sabe en cada momento marcar, como los grandes maestros, todos los tiempos, parar, templar y mandar.
 

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