Un mensaje escrito con tiza en la pizarra del aula magna del
tercer piso de la Escuela de Enfermería esperaba al
precandidato Rafael Payá a su llegada. Y mostró un talante
político y felino al reirse de la provación: “Queremos un
rector que nos salga barato!!!”, rezaba la petición. Se
notaba que traía la lección bien empoyada y pronto comenzó a
meterse al público en el bolsillo.
“Como precandidato, estamos visitando todos lo centros de la
Universidad de Granada (UGR) y este, para mí, es un centro
ya”. Rafael Payá vino con ganas de mostrarse más como un
receptor de ideas que como un canciller que gobierna desde
la poltrona del rectorado. “Mi objetivo es escucharos con
vistas a mi programa de Gobierno, que saldrá publicado en el
boletín ‘Univerciudad’, esta semana”. En este número se
podrán ver, según él, las más de 80 propuestas que postula
para regir en la UGR.
Son palabras de talante, palabras que, si Dios quiere, no se
quedarán en papel mojado: “Me comprometo a firmar que vendré
al menos dos veces al año después de las elecciones”,
contestó a una pregunta que le lanzaron desde la tribuna de
oyentes. Y es que a los alumnos de la Escuela se les nota
hartos de promesas que se escurren como papel mojado. Otro
de los presentes hizo una reflexión en voz alta, “nos
sentimos como el vagón de cola”. A lo que Payá respondió:
“Tenemos que ver las ventajas que posee Ceuta y la UGR.
Ninguna Universidad en el mundo posee centros en dos
continentes distintos”. A lo que agregó, “debemos sacar
ventaja de esto. Además, no es lo mismo trabajar una
iniciativa para 60.000 alumnos que para 1.000 y esa ventaja
favorable la tenéis aquí”.
El catedrático de Análisis Matemático resaltó una idea:
“Quiero igualdad para todos. Estamos en una Universidad
pública”. Una de las iniciativas plausibles de Payá consiste
en aumentar el número de becas Erasmus que se conceden
anualmente. “Ahora mismo, sólo uno de cada seis alumnos
tiene esta posibilidad, nosotros queremos aumentarlo hasta
que uno de cada dos alumnos se marche al extranjero. El
presidente me ha respondido favorablemente a esta idea”.
Desde el alumnado, la conferencia de Payá se ha visto de
manera muy positiva. “Si todo eso es verdad...”, suspiraba
el representante de los alumnos de tercer curso. Según el
representante, “ha explicado, no sólo lo que necesita la
Escuela, sino lo que necesita la Ciudad”. En la sala no
había mucho público, pero asistieron las cabezas visibles de
los cuatro cuerpos implicados en el asunto del rectorado:
alumnos, profesores, personal y dirección, que hoy harán de
portavoces ante las personas que representen.
Entre las medidas mejor acogiodas, y con más lumbre de las
expuestas, la de la residencia de estudiantes. Los raíles
del camino a seguir se han colocado ya, pero falta que los
trenes descarguen la mercancía de propuestas hechas
realidad. Sobre todo, una, la del levantamiento de una
residencia en el cuartel de Teniente Ruiz. En este edificio
y en los espacios anexos se diseñaría un amplio centro
receptor de estudiantes foráneos, además de un comedor y un
casa del estudiante. En esta casa, gestionada por los
propios estudiantes, se desarrollarían, desde talleres
lúdicos (como teatro, exposiciones o zonas wifi), hasta
procesos bancarios.
Por supuesto, no faltaron las referencias a la integración
inmediata. Payá informó a los estudiantes de que si el
actual rector no disponía de tiempo para firmar el convenio
de integración, la primera medida que tomaría como rector
sería la de comenzar el proceso inmediatamente, para que el
alumnado de tercero evitara pagar las cuotas este año. Más
aún, dijo que lucharía porque este proceso se terminara en
dos años en vez de los tres que establece el reglamento.
“Podemos conseguir en Ceuta, a nivel de escalas, unas
ventajas que no se pueden conseguir en otros sitios. Yo no
veo que la situación geográfica de Ceuta sea un lastre, más
bien lo veo como una ventaja, pero las ventajas hay que
cultivarlas, y para ello se necesita esfuerzo”, expicó. “En
Ceuta se pueden hacer cosas especiales que no se pueden
llevar a cabo en otros sitios. No he tenido nunca el
sentimiento de que Ceuta sea para la UGR una china en el
zapato”, tal y como se refirió uno de los presentes a la
situación con que se puede ver a la ciudad desde fuera.
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“Hay voluntad del presidente por convertir Ceuta
en una gran ciudad universitaria”
“Haremos una apuesta decidida por
el Campus de Ceuta. Es bueno para la UGR que el Campus
mejore, y que aumente, no sólo el espacio físico, sino las
titulaciones”, expresó Payá. Uno de los asistentes explicó
la necesidad de que Ceuta empiece a verse como un atractivo
para los alumnos preuniversitarios, más que como el destino
último en caso de no obtener las calificaciones adecuadas.
Payá, sin nada más que añadir al discurso, compartió esa
idea y aseguró que luchará por las reformas. “Si salgo
rector, al día siguiente hablaré con Juan Vivas para
gestionar el desarrollo inmediato del campus universitario.
Quiero hacer de Ceuta una ciudad universitaria”, aseveró.
“Nuestra apuesta es hacer de Ceuta una gran ciudad
universitaria y veo en la residencia de Teniente Ruiz un
proyecto ambicioso e ilusionante”. Por último, dijo: “He
visto buena voluntad por parte del presidente”.
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