La reunión de diferentes líderes de partidos políticos,
sindicatos y ex cargos de la administración periférica del
Estado, con la intención, según ellos, de fomentar una
verdadera alternativa de izquierdas a la hegemonía de la
derecha en Ceuta, es un auténtico desafío para ese PSOE que
pretende refundar Salvador de la Encina, al que previamente
dinamita la propia dirección federal del PSOE, quedando como
Robinsón Crusoe el Sr. García Arreciado, el Delegado, en su
ínsula particular de la Plaza de los Reyes, con su “Viernes”
particular, y menos huevos pero más letanías que el
defenestrado Luís Moro.
La verdad es que disuelto, dinamitado o refundado, el PSOE
es un partido con una envergadura y un peso que merecen un
cierto respeto, que no se desprende por cierto, de las
declaraciones del secretario general de la UGT de Ceuta,
Antonio Gil, tal vez escocido por la coz dada desde Ferraz a
sus aspiraciones y las de algunos otros Fernández, quien
otorga al PSOE una protagonismo similar al que representa
este grupo de personas que, a título individual (yo creo que
no son ni buenos amigos), pretenden que el PSOE les
reconozca de tú a tú.
Algunos de ellos, tal vez para tender un puente al PSOE,
andan proponiendo que a Zapatero se le ponga una calle en
Ceuta a su nombre, por haber impulsado (esto si que es
innegable) la visita de S.S.M.M. los Reyes a nuestra ciudad,
y D. Juan Vivas, hábil en la zozobra, ya ha dicho que
someterá esa cuestión a la consideración de la Junta de
Portavoces de la Asamblea, en la que por cierto las
decisiones se adoptan con voto ponderado, es decir, que si
el PP no está de acuerdo, la opinión del resto de portavoces
no tiene ninguna posibilidad de prosperar.
En Ceuta está un poco todo al revés, porque los partidos de
izquierdas resultan ser monárquicos, localistas y liderados
por gentes de cierta posición burguesa, y además le tienen
cierta inquina al mayor referente de la izquierda española,
el PSOE, que por lógica, debería tener una importante
representación en la vida política ceutí, pero que al final
está tan perjudicado que necesita un “Salvador”.
Pero hay un concepto machaconamente repetido por estos
señores de la “plataforma” esta de izquierdas, que manosean
y soban con un exceso, con un exceso falto de pudor: El
progresismo, la progresía, apelando a “toda la progresía” a
que se sume a su plataforma. Y claro, dicho así, uno no sabe
a que se tiene que sumar, porque el progreso es deseado por
todos, no sólo por ellos, pero la progresía es un concepto
de difícil digestión intelectual, salvo que ramplonamente lo
relacionemos con cosas como “la movida”, la cultura
alternativa, Ramoncín o la libertad en el consumo de drogas
que siempre a defendido Antonio Escohotado.
Con el P.P. y su actual hegemonía en Ceuta no hay progreso,
por tanto hay regreso, según la opinión de estos ilustres “progres”,
que sienten la necesidad de dotar a la ciudad de una
alternativa que la permita progresar. Buena frase, pero sin
contenido real, y sin el PSOE, sin contenido de ninguna
clase, que por lo menos el PSOE nos hace soñar de vez en
cuando con cosas como el abaratamiento del transporte
marítimo o con medidas para reactivar nuestras frágiles
estructuras comerciales. Y ya decía Segismundo el de
Calderón que los sueños sueños son, pero cuando a estos del
PSOE se les pone en su sitio hacer una cosa, la hacen, ya
sea traer al Rey a Ceuta (joder con Pepiño Blanco, que ha
echado un pedazo de borrón a la visita, confundiendo Ceuta
con Marruecos) como no cesar a la Ministra de Fomento, a
pesar de que se lo está ganando por méritos propios.
Parten estos señores de la plataforma de algunos conceptos
equivocados, porque con el PP, Ceuta está progresando y así
lo reconocen la inmensa mayoría de los ciudadanos de Ceuta,
que siguen depositando su confianza en esa formación
política y, por el contrario, negando la misma a las
organizaciones que representan los plataformeros, a los que
realmente no perciben como gentes que fomenten ninguna clase
de progreso real, ni siquiera a nivel de propuestas
concretas que no se les conocen. Y otro concepto sumamente
equivocado es pretender que el PSOE derive hacia el rumbo
que ellos pretender fijar, que tiene más de interés en
reactivar posibilidades personales de los miembros del
grupo, que de auténtica ayuda en el reflotamiento del
partido socialista en Ceuta, que vendrá más de un decidido
apoyo del Gobierno de Zapatero (contando con que repita) y
de la incorporación de nuevos valores para la política en la
ciudad, que de las muletas ofrecidas por Gil, Aróstegui o
Alí, de las cuales, por lo menos desde el punto de vista
electoral, la más sólida es la de Alí que cuenta con cuatro
escaños en la Asamblea (o tres y medio), pero que a su vez
tiene unos pinchos que pueden hacer supurar a quien pretenda
apoyarse en ella.
No es previsible, a pesar de las buenas condiciones en las
que se encuentra actualmente, que el P.P., mantenga durante
mucho tiempo su hegemonía política en Ceuta, ya que esta
depende más de la figura de Juan Vivas que del conglomerado
que conforman hoy los populares en Ceuta, una figura, la de
Vivas, que como todas se va desgastando con el tiempo, a la
que como consecuencia de la política, se le está
desprendiendo ya parte de la capa de barniz que la hacía tan
brillante, cosa que ha pasado hasta con las pirámides de
Egipto o la esfinge de Gizeh, que para que eso tarde más en
pasar es necesario que te hagan la mortaja que le hicieron a
Tutankamon, quien después de tres mil años sigue teniendo
una preciosa nariz. Pero aún llegado el momento de declive
del Partido Popular en Ceuta, no parece que ninguno de los
miembros de la autodenominada progresía, vaya a coger el
relevo de dirigir la política de la ciudad. Ahí veo yo más
al PSOE o quizás ese sea sólo un buen deseo para Ceuta.
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