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OPINIÓN - VIERNES, 9 DE NOVIEMBRE DE 2007

 
OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

¿Sebta? ¡¡CEUTA!!

Por Quim Sarriá


Estoy, ahora mismo en el momento que redacto estas líneas, en Barcelona por unas gestiones personales y he aprovechado el tiempo que me ha sobrado para acercarme al club donde acostumbro a desarrollar tertulias y debates. El tiempo aquí, en Catalunya, es formidable: mucho sol y nada de frío.

En el club he encontrado a antiguos compañeros del deporte y de la empresa municipal, así como a algún que otro político que parece como perdido. Hemos estado debatiendo acerca de la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla con diversidad de opiniones. Los republicanos prefieren mantenerse al margen, ignoro el porqué ya que no me lo quieren decir; los socialistas, algunos con cargos importantes, aseguran que los moros -que nadie se ofenda por esta definición de gentilicio. Como es un adjetivo contemplado en la Real Academia, su uso es legal y nada ofensivo ¿de acuerdo?- deberían aceptar el echo inalienable de la existencia de estas dos ciudades españolas en el continente africano. No necesito exponer, por repetitivas, las razones sobre ello. De los admiradores del PP, ni uno asoma la jeta.

El problema radica en la configuración de la política internacional respecto a Marruecos. Si por una parte la UE concede ingentes ayudas al país magrebí sin nada a cambio es mala política económica; pero como no sería así, las contrapartidas vendrían compensadas por el lado de la seguridad contra el terrorismo. Ello sería debido a que el país es fácilmente influenciable por el fundamentalismo islámico y conviene curarse en salud. El apoyo de los EE.UU y Francia tienen el mismo camino, aunque resulta chocante que siendo Francia un país pionero de la UE realice negociaciones y acuerdos a espalda de la institución europea. Con ello perjudica al resto de países miembros, sobretodo a España, con su política de lameculos por oscuras razones.

Comentamos las noticias de la prensa y de las agencias. Entre ellas destaca la que se refiere a que varias instancias condenan la visita de Juan Carlos. El parlamento árabe transitorio (¿?) ha denunciado que la visita del soberano español a los “enclaves marroquíes expoliados” es provocadora de los sentimientos del pueblo marroquí en particular y de los árabes en general. Esto confirma que la política de los moros está encaminada a utilizar la fuerza de la religión, por encima de otras cuestiones, para aunar los esfuerzos sobre sus reivindicaciones.

Entre esas instituciones destaca la Unión de Abogados Árabes, desde El Cairo; la Agrupación Nacional para la reforma y el Desarrollo de Mauritania; El diario libio “Achams”, cuyo redactor jefe indica que “Sebta y Melilla son tierras árabes y su ocupación ha durado demasiado. La ocupación no da ninguna legitimidad y no esconde las realidades geográficas…”

Bueno, son opiniones encontradas que salen después de la declaración institucional de Mohamed VI. Lo malo es que son utilizadas, al del monarca alauí con más fuerza, para convocar manifestaciones en diferentes ciudades del país magrebí de del extranjero para protestar por la visita.

No quiero pecar de presuntuoso, simplemente expongo mi opinión, pero si fuera el mandamás del país no iniciaría, ni ordenaría ningún tipo de negociación sobre las dos ciudades porque no hay nada, absolutamente nada, que negociar. Aceptaría las protestas por cortesía pero no le daría más importancia que a una pataleta fuera de tiempo. Aunque no perdería de vista las reacciones “oficiales” de la institución monárquica.

Si Marruecos acepta que su Grandes Amigos –léase los EE.UU y Francia- “ocupen” territorios lejos de la realidad geográfica de ambas potencias, no tiene porqué exigir ahora eso de que es tierra árabe. Sencillamente porque es tierra africana y que se sepa los árabes no dominan todo el continente, aunque vayan camino de dominarlo por la fuerza de las armas.

Si tenemos abierta la mano a la recepción de esas protestas y condescendemos en concederles lo que piden… a un paso estaremos de que en El Andalus ondee la bandera roja de la entrelazada estrella verde de cinco puntas y Mohamed VI tenga su Salón del Trono en la Sala de la Barca de la Alhambra granadina, en recuerdo a las innumerables pateras y cayucos que invadieron España.
 

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