La llegada de Guillermo Martínez,
vía Consejería de Economía y Empleo, a la gestión y
promoción del sector turístico ceutí desde la Administración
pública ha dado un vigoroso paso adelante con respecto a la
magnífica gestión que durante los cuatro años anteriores
había hecho de la cartera el actual responsable de
Gobernación, José Antonio Rodríguez. La elevada asistencia
de público que ha registrado el stand de la Ciudad Autónoma
en el Salón Naútico de Barcelona es sólo la última prueba de
que, después de dar a conocer Ceuta en nuestro entorno más
cercano al otro lado del Estrecho ha llegado el momento de
mirar más lejos y, con las riquezas de nuestro mar y nuestro
litoral por bandera, colocar a la ciudad en el lugar que se
merece aprovechando todas las ventajas que atesora. Queda,
obviamente, ese gran escollo del precio del transporte
marítimo por superar o, al menos, paliar, pero los destellos
que hasta la fecha ha dado el trabajo de Martínez y el resto
del equipo que se encarga de este área en la Ciudad son
dignos de reseñar.
La Ciudad explicó ayer que su asistencia en la ciudad condal
se justificaba en la intención de “impulsar el turismo
náutico deportivo” en Ceuta, una vía no del todo explorada
que sin duda puede producir un gran rendimiento en el plano
económico para una localidad como esta ávida de nuevas
fuentes de negocio mientras se sigue negociando cómo superar
de una vez por todas la crisis del comercio.
La propuesta es, además de inteligente, coherente con el
resto de políticas turísticas que se están desarrollando no
sólo en el Palacio autonómico, sino también en el espacio
empresarial privado y en otros ámbitos institucionales como
la Autoridad Portuaria vía cruceros: traer a Ceuta un
turismo de calidad. Por ese camino está más cerca cerrar el
círculo de la crisis comercial: será mucho más sencillo que
nuestros establecimientos comerciales de calidad prosperen
si el turismo que atraemos tiene poder adquisitivo.
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