De proyectos e ideas para la regeneración, refundación,
reorientación o unidad de la izquierda están los cementerios
y las hemerotecas llenas. Uno de los últimos cadáveres es un
delicioso librillo titulado ‘Por la tercera izquierda’ que
firmaron hace siete años el mítico Daniel Cohn Bendit Dani
El Rojo y el por aquel entonces eurodiputado independiente
del PSOE José María Mendiluce. Entre otras muchas
propuestas, ambos se planteaban a principios del siglo XXI
cómo concretar “cinco ideas de futuro”: una gran alianza
para la reforma democrática, un encuentro plural de los
progresistas, una organización flexible, una complicidad
cultural y un pensamiento estimulante.
Dicho proceso pasaba, a su juicio, por resolver varios
interrogantes: “¿Cómo convencer a los escépticos?, ¿cómo
superar las desconfianzas?, ¿cómo animar al trabajo concreto
ante la inmensidad de la tarea?, ¿cómo recuperar a los
defraudados?, ¿un nuevo partido?, ¿una organización cívica?,
¿una plataforma electoral?”, se preguntaban los autores: “De
momento, una sonrisa por respuesta”, decían.
Siete años después, los integrantes del ‘foro de la
izquierda’ ceutí repasaron ayer durante la hora larga que
duró su primera reunión tras la suspensión de actividades
que forzaron las elecciones autonómicas del 27-M las mismas
dudas.
De lo dicho y escuchado por los Gil, Aróstegui, Ali, Musa,
Chaves, Mustafa y compañía pueden extraerse varias
conclusiones: una, que todos ellos están convencidos de que
plantearse la unidad de la izquierda ceutí al margen del
PSOE es, o una quimera, o “otra cosa distinta a la que nos
proponemos”; dos, que están dispuestos a “sacrificar” sus
cuotas de poder y protagonismo actuales “en aras a algo”,
pero no sobre una simple “hipótesis de trabajo”, como dijo
Aróstegui; y tres, que hoy el líder de CCOO y su homólogo de
UGT trasladarán al presidente de la Comisión Delegada del
PSOE, Salvador de la Encina, su inquietud por la falta de
una alternativa a la “hegemonía” política del PP en la
ciudad y su voluntad de “unir y no separar” desde ese
“ámbito de opinión” resucitado.
El cómo y el cuándo se concretarán esas intenciones será
otro cantar. De momento ayer se plantearon algunas
posibilidades aparentemente viables como la de ofrecer al
PSOE la disposición de UDCE, IU-Ceuta, PSPC y demás
organizaciones a “trabajar” juntos de cara a las próximas
generales con el fin de “conocernos, limar asperezas y
darnos cuenta colaborando de que todos tenemos defectos y
todos somos de izquierdas”.
Casi todo lo demás sonó más a elucubraciones en tanto que
muchos se entregaron a la tarea de divagar sobre: a) cuál
sería la respuesta de los socialistas a su mano tendida (que
si le daría con la puerta en las narices Palomo y el
palomismo; que si Ferraz; que si los dos); b) por qué los de
la rosa, pese a su “paupérrima situación” sigue dándoles
calabazas; o c) cómo llegar a Ferraz, algo aparentemente tan
complicado y tan simple a juicio de Ali (“enviar un fax y
pillar un avión”) que acabó comparando el debate con “la
búsqueda Matrix, un camino sin salida en tanto que sólo tres
antiguos militantes del PSOE ceutí, ninguno de ellos ya con
voz ni voto en los rescoldos del partido, acudieron a la
cita.
“Aquí debería estar el PSOE”
“Aquí debería estar el PSOE o lo que queda de él para sentar
las bases para un futuro en el que todos los que así lo
quieran tengan en él su casa sin exclusiones”, lamentó Gil
mientras Musa, que de arrojo anda sobrado, instó a los demás
a dejarse de milongas y “dar un paso al frente” para “pasar
de la teoría a la práctica con o sin el PSOE”.
Pero no estaban. Martínez, que sigue teniendo carné como el
delegado, y Basilio Fernández no pudieron asistir por
razones personales. De los ‘críticos’ con cargo oficial nada
se supo aunque tuvieron conocimiento directo de la cita,
nada raro si se tiene en cuenta que hace menos de dos
semanas que Arreciado les advirtió sobre sus devaneos.
Así pues, sin socialistas, Ali (UDCE) fue el más claro y
decidido, aún siendo el que más tiene que perder, sobre el
camino a seguir: “Hay que poner toda la carne en el asador”,
pidió el líder de la oposición en la Asamblea, que invitó al
resto a “hacer de tripas corazón” y a “dejar nuestras
diferencias a un lado y que las generales sean un primer
examen de cómo puede funcionar este proyecto de unidad
progresista que queremos crear”.
Sincero, minutos más tarde el presidente de la UDCE fue más
allá y detalló las razones profundas que le mueven: “Hay que
dignificar el escenario político ceutí y acabar con la
dicotomía electoral de musulmanes y cristianos porque es
surrealista que en esta ciudad el abanderado de la
integración y la pluralidad sea el PP”, dijo el diputado,
que incluso se autoexcluyó, entre reproches del auditorio,
de cualquier competencia por el liderazgo del futuro PSOE
ceutí.
Aróstegui, que hace algo más de medio año renunció a pactar
con él aún ofreciéndole ser el cabeza de lista, admitió que
los allí presentes tienen la “obligación moral” de asumir el
reto planteado por Ali pero también advirtió de que el
camino a recorrer es “largo y difícil” y de que las cosas
como son y que a él, con un moro al lado, se le caerían “el
40%” de sus votos.
Al final, un compromiso: redactar un “manifiesto
fundacional” del ‘foro’; una intención: decirle hoy a De la
Encina que allí les tiene a todos (o a casi todos) esperando
sin condiciones a que se decida a caminar con ellos y, de
momento, a esperar “una sonrisa” por respuesta. Y la próxima
semana, otro ‘foro’.
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