La mano tendida de Don Juan Carlos
en su histórico viaje a Ceuta y Melilla ha sido contestada,
en tiempo y forma, por el Rey de Marruecos, Mohamed VI, en
su no menos carismático discurso conmemorativo del 32
Aniversario de la “Marcha Verde”, pronunciado el pasado
martes día 6 marcando, en el mismo, las directrices a seguir
por la diplomacia marroquí en los próximos tiempos, haciendo
una especial llamada a su “querido pueblo para que el
espíritu de la Marcha Verde quede vivo en su memoria
nacional”, siendo “una lección del que se inspira para
preservar la unidad territorial y la soberanía del país en
el norte y en el sur”.
Entresaco, para comodidad del lector, los siguientes
párrafos que se explican por sí mismos y en los que el Rey
de Marruecos intenta “marcar” los próximos movimientos de la
diplomacia española. Añadiré algún que otro comentario de
cosecha propia:
El contexto general del mensaje es claro y nítido: “Fuerte
condena y total reprobación de está inédita visita”,
calificada por lo demás de “lamentable”.
“Tal proceder, evocador de una época sombría y caduca” se
habría realizado “incumpliendo gravemente, el Gobierno de
España, el espíritu y letra del Tratado de Amistad, Buena
Vecindad y Cooperación de 1.991”, firmado tome nota el
lector siendo Presidente Felipe González.
En lo que podría interpretarse como una amenaza velada,
Mohamed VI “responsabiliza a las autoridades españolas, al
poner en peligro el futuro y el desarrollo de las relaciones
entre los dos países”.
Para el soberano alauí la llamada a consultas a su embajador
en Madrid, Omar Azzimán, será “por un periodo
indeterminado”, lo que abriga serias dudas sobre la supuesta
“respuesta pactada” alcanzada por el Gobierno español según
la versión dada por el Presidente Rodríguez Zapatero.
Finalmente, el Rey de Marruecos manifiesta su empeño en
“proteger y garantizar todos nuestros inalienables y
legítimos derechos de soberanía, consideramos que nada puede
alterar la pertenencia legal de las dos ciudades expoliadas
y de las islas adyacentes, expresada por la verdad
histórica, la lógica de la expresión geográfica y la
justicia de nuestra permanente reivindicación de su retorno
a la madre patria”. Permítame el lector solo una reflexión
sobre la mentalidad del joven soberano marroquí, al que
parece traicionar el subconsciente (como al secretario de
Organización del PSOE, Pepino Blanco, seamos justos) cuando
habla de “la lógica de la expresión geográfica”: ciertamente
Ceuta y Melilla están en África, a mucha honra… como las
Islas Canarias. ¿Acaso Mohamed VI estaría señalando ya uno
de los puntos de una próxima reivindicación…?. En cuanto a
la “lógica histórica” consulte el lector los límites de los
imperios Almorávide y Almohade, considerados en Marruecos un
paradigma a seguir.
Para el Primer ministro marroquí, el “istiqlalí” Abbas El
Fassi, la única salida para salvar la amistad entre ambos
países pasaría por la apertura de negociaciones con Rabat
sobre Ceuta y Melilla.
No hace falta ser un lince para preveer los nubarrones del
futuro.
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