El caso de los dos neonatos fallecidos el pasado 30 de
noviembre de 2006 continua su trámite. En la jornada de ayer
declararon la madre de los bebés como testigo, ratificando
así la denuncia presentada por la familia.
En la vista estuvieron presentes el abogado de la acusación,
Jorge Gil, un letrado del INGESA, el jurista de los
imputados y otro abogado de la compañía de seguros.
Por el momento, tan sólo queda que el juez determine el
fallo.
En la mañana de ayer el magistrado del Juzgado de
Instrucción Número Cuatro de Ceuta tomó declaración a los
padres de los dos neonatos fallecidos en el hospital del
INGESA, el pasado 30 de noviembre de 2006, por una posible
negligencia médica.
Hace ya casi un año de lo sucedido y la madre de los bebés
tuvo que relatar ayer los hechos durante una vista,
ratificando así la denuncia presentada por el padre de los
pequeños y la abuela, en la que revivió cada detalle de
aquel día.
Al parecer, la mujer ingresó en Urgencias del hospital con
un fuerte dolor, originado por un cólico en el frítico, y el
equipo médico terminó provocándole el parto, según ha
informado el abogado de la acusación, Jorge Gil.
Además, existen divergencias en cuanto al peso de los
neonatos, ya que en un principio se comunicó a los padres
que pesaron al nacer 625 y 550 gramos. Finalmente, el
personal sanitario varió la información, hasta indicar que
el peso era inferior a 500 gramos. Los demandantes hacen
referencia al protocolo de actuación, por el que neonatos
con un peso inferior a medio kilo no son viables.
En todo momento, los progenitores han insistido en que no se
les pidió autorización, “ni siquiera para entubarlos”,
indicó Gil. Además, la madre pidió que se le diera
tratamiento, “por lo menos para intentar que salieran
adelante”, y que los evacuaran. Sin embargo, nada de esto se
llevó a cabo.
Asimismo, la acusación ha presentado una prueba pericial de
un experto neonatología, en la que se asegura que la
actuación del personal médico “no se ajusta a la lex artis”,
explicó el abogado de la familia.
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