De varias generaciones a esta
parte se han dicho, en política, muchas cosas sobre nuestra
Ciudad: se le ha llamado “Perla del Mediterráneo”, que “Será
lo que los ceutíes quieran que sea”, que “Ceuta es España no
de España”, que “España limita al Sur con la frontera del
Tarajal”. Pero hechos son amores y no buenas razones. Hacía
falta un gesto de solidaridad, de firmeza, de reivindicación
si así queremos llamarlo para dar a conocer, de una vez por
todas que, como decía nuestro nunca bien recordado Alcalde
Alfonso Sotelo –Ceuta sigue siendo madrastra para sus
hijos-, “Ceuta es España”. Y ese respaldo para público y
general conocimiento nos lo han dado nuestros Monarcas que,
por fin, visitaron el pasado lunes la Ciudad y que han
venido a saciar el deseo de presencia real que hemos venido
padeciendo durante más de ochenta años, que se cumplen desde
la venida de don Alfonso XIII. (No viene a cuento recordar
hoy que años después tiraron su retrato por el balcón del
Palacio Municipal).
Nuestros Monarcas, entre el clamor popular, han visitado una
ciudad incorporada al mapa autonómico de España, con sus
específicas características, distintas si se quiere pero sin
quitar ni un ápice de nuestros antecedentes que destilan
acontecimientos históricos basados en su milenaria
existencia, incorporada por deseo expreso de sus habitantes
a la Corona de Castilla y a la que habría que unir, a sus
títulos de Siempre Noble, Leal y Fidelísima el de Bondadosa,
Desinteresada y Generosa por haber dado cabida en su seno a
cuantos, de una manera u otra, legal o no, se han venido
asentando en nuestro suelo y beneficiándose de sus
prestaciones sociales, aun cuando es justo reconocer,
también, que éstos han encontrado con su esfuerzo y labores
profesionales su bienestar y el de sus familias y colaborado
en el incremento del nivel de vida de todos los ceutíes, sin
que haya que distinguir entre raza ni religión.
Son, por otra parte, de considerar las reacciones tanto de
la prensa marroquí como de su parlamento que consideran un
“grave atentado hacia Marruecos” el que nuestros Reyes
visitaran la Ciudad, sin tener en cuenta las resoluciones de
la O.N.U. que, en toda su historia, nunca ha reconocido a
Ceuta o Melilla como territorios a descolonizar en base a
los datos históricos de pertenencia de dichos territorios a
nuestra nación. Y es lógico preguntarse: ¿si tan
reivindicativos en “sus derechos” sobre las dos Ciudades se
sienten, porqué el gobierno marroquí no lleva a cabo en los
foros políticos y organismos internacionales sus
reivindicaciones territoriales, o es que, acaso, quieren
realizar los mismos trámites -la ocupación sin mas diremos
nosotros- como por ejemplo hicieron con la “provincia” del
Sahara?. Nos preocupa esta situación por lo que de
desacuerdo y enfrentamiento puede haber entre dos naciones
que, como diría el Rey Hassan II, “están condenadas a
entenderse” y que, precisamente, se produzca como
consecuencia de la visita de los SS. MM. los Reyes de un
Estado que no hace mas que atender las demandas de sus
súbditos y que, como ha quedado bien palpable, recibieron
con sumo agrado sin disquisiciones políticas ni de otra
índole a sus Monarcas, principales valedores de la libertad
y democracia que disfrutamos en este país que, con inclusión
de todos sus pueblos, se llama España. Gracias, pues, a SS.
MM. por esta su primera visita regia a Ceuta y felicitación
también al Alcalde-Presidente Juan J. Vivas por haberlo
conseguido, aun cuando haya tenido que esperar para ello que
un gobierno socialista, después de diecisiete años en el
poder u otro tras un mandato de ocho años -el Partido
Popular- estén ahora de acuerdo en que era necesaria y
positiva para la nación esta visita Real que ha servido,
también, para reforzar la españolidad de las dos Ciudades
Autónomas Españolas del Norte de África.
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