Momentos emocionantes los que ha
vivido esta tierra nuestra con la llegada de sus Majestades
los Reyes de España. El pueblo llano y sencillo desde horas
muy tempranas se lanzó a la calle, presto a ver la llegada
de los Reyes y mostrarle todo su cariño. Todos los caballas
sin distinción de credos o razas llenaron las calles por
donde debería pasar la regia comitiva, portando banderas
españolas, haciéndolas ondear al viento, dándole la
bienvenida a esta tierra que por unanimidad de sus
habitantes, ratificada en un referéndum, quiso ser española.
Desde mí privilegiada atalaya, cuando he visto tomar tierra
al helicóptero, que traía a sus Majestades, he sentido una
gran emoción al verlos descender y a la vez, por qué no
decirlo, una envidia sana de todos los compañeros de los
distintos medios que cubrirá la información de la estancia
real en Ceuta. Esa información que hace treinta y siete años
tuve la enorme suerte de ser uno de los que la cubrieron,
cuando nos visitaron, por vez primera, siendo príncipes de
España con motivo del cincuenta aniversario de la Legión.
Más de veinticinco mil personas invadieron las calles de
nuestra tierra, portando la bandera de España en sus manos y
sintiendo en lo más profundo de su alma ser español. Ha sido
un acto de patriotismo sin igual, aunque les pese a algunos
personajillos, polítiquillos del tres al cuarto, que han
mostrado su malestar por éste estallido de españolidad,
salido del corazón de todos los ceutíes.
Los vivas, España y a los Reyes, han sonado con más fuerza
que nunca, en este emotivo acto de auténtica reivindicación
de españolidad, de los habitantes de una tierra que siempre
se sintió orgullosa de ser española.
Otros pobres botarates, cuyos cerebros están carcomidos por
el gusanillo de la ignorancia, cuyas diarreas mentales
imposibilitan cualquier atisbo de la más mínima
inteligencia, se niegan a ser españoles, pero siguen
poniendo el cazo cobrando de los impuestos que pagamos todos
los españoles. ¡Ele el arte y las cazuelas de papas con
fideos gordos!
Los vivas a España han sido siempre respondidos con otros
vivas. Y eso me ha traído a la memoria aquello que dice:
“Cuando al sentir un ¡viva España!, con otro ¡viva! no
responde, si eres hombre no eres español, y si eres español
no eres hombre”. Que orgullo es poder decir: ¡soy español!.
Aunque eso a ti, Pepeluís o Pepelus como más te guste, te
pueda sonar a chino lo de sentirse español y gritarlo a los
cuatro vientos.
Ceuta y sus gentes, española por decisión propia, han vivido
una jornada que además de ser histórica ha sido de una gran
emotividad que, incluso, a algunos les han hecho saltar las
lágrimas, viviendo esa jornada memorable que difícilmente
podrá volverse a repetir.
Sin duda alguna, la visita que los Reyes de España
realizaron a nuestra tierra quedará marcada en el corazón de
todos los ceutíes, como el hito más importante de nuestra
historia que, por cierto, tardará mucho tiempo en volver a
darse.
|