La Ciudad Autónoma organizó un almuerzo oficial con Sus
Majestades en el Parador La Muralla en el que tomaron parte
unos 300 invitados en representación de los variados
sectores de la sociedad ceutí. En un ambiente acogedor y de
emoción, los Reyes saludaron uno a uno a la totalidad de
invitados, en un inmejorable marco, justo antes de entrar en
el salón comedor donde se compartió mesa y mantel con el
Jefe del Estado. El jefe de cocina y responsable del
servicio, Lucas Artesero, el personar del servicio y los
profesionales de la cocina realizaron un espectacular
trabajo.
Había emoción contenida durante la espera de aproximadamente
treinta minutos en la que los invitados tuvieron que
permanecer en la terraza del Parador La Muralla. En el
interior ya se encontraban los Reyes después del baño de
multitudes que se dieron los monarcas, con una ciudadanía
volcada en la Plaza de Africa, durante el recorrido a pie
que realizaron hasta el propio Parador.
Había expectación, corrillos creados entre conocidos
amenizaban los tiempos de espera; y todos con el análisis
personal de lo vivido. “Toda la plaza fue un clamor”, se
comentaba en los corrillos de la terraza del Muralla, de
“¡Viva España!” cuando los Reyes se asomaban al balcón
principal del Ayuntamiento a las 12.06 horas y saludaban a
la multitud, que volvía a pedir su presencia, lo que motivó
que Don Juan Carlos y Doña Sofía aparecieran nuevamente para
saludar desde un balcón lateral.
“Ceuta con los Reyes” era el clamor popular de los ceutíes.
Se comentaban las anécdotas y el mar de banderas rojigualdas
desplegadas por todo el reocrrido. “Más de 20.000 banderas
de España en la mano”, querían testimoniar su cariño, su
apoyo y su afecto a los Reyes en un día histórico para la
ciudad
Trascendente visita, sin duda, histórica y que aporta
confianza a los ceutíes a la vez que se impulsa -con este
gesto de la Casa Real- la tranquilidad inversora de
empresarios. Que algunos se encontraban entre los invitados.
Pasaban cinco minutos de las dos de la tarde cuando los
responsables de Protocolo [de la Casa Real y de la Ciudad
Autónoma] avisaban del inicio de la ‘fila de saludo’.
Ya se habían ubicado los monarcas en la terraza antesala a
la entrada del salón comedor, preparados y dispuestos a
saludar individualmente y con visibles muestras de afecto a
los invitados.
Uno a uno los Reyes, con un sincero apretón de manos
escenificaron su cercanía con Ceuta y con toda su diversidad
social, a la que recibieron calurosamente.
Emoción. Esa es la mejor palabra que describe los
sentimientos de quienes encontraron la oportunidad de estar
tann próximos a Sus Majestades en una jornada cargada de
sensaciones.
Los Reyes, cercanos, muy próximos, y escenificando
especialmente el deseo, reconocido por ellos mismos, de
estar aquí en Ceuta por primera vez desde que accedieron al
Trono, fueron los primeros en ofrecer sencillez al momento
que la mayoría de los invitados esperaban, el saludo a Sus
Majestades
Sencillez de trato aunque con la sobriedad que le otorga el
ser la figura que es y lo que representan, a Su Majestad el
Rey y la Reina se les vieron también emocionados y a gusto
entre los ceutíes. Esto quedó patente duranta el distendido
almuerzo en el que, con el respeto debido, se desarrolló en
un agradable ambiente.
Cordialidad y afecto en los prolegomenos para dar paso al
momento en que los 300 invitados daban cuenta de un menú
especialmente seleccionado al gusto de Doña Sofía, una
vegetariana reconocida, a base de ensalada y pescado, eso
sí, de nuestras aguas.
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Los invitados coincidieron en señalar el éxito del
recibimiento a los Reyes
Ya durante la espera en las
terrazas y jardines del Parador, los invitados coincidían en
reconocer el éxito de la organización y del recibimiento
ciudadanos dispensado a Sus Majestades los Reyes [algo que
más tarde corroboró y agradeción la propia Casa Real]. La
Plaza de África fue un clamor durante el paseo de los Reyes
hasta el Palacio y desde este lugar hasta el propio Parador.
En realidad, se puede calificar de éxito rotundo. Algo en lo
que han contribuido todos los que de algún modo han
participado de los preparativos, en cualquiera de sus
facetas. Los corrillos entre los invitados durante los
tiempos de espera previos al almuerzo coincidían en el mismo
comentario y se analizaba, a priori, la relevante
importancia de esta visita en lo que al futuro se refiere.
La visita Real a Ceuta confiere un optimismo claro no solo
entre los ceutíes, sino que también provoca una añadida
confianza para la inversión y, por tanto, un espaldarazo a
la ‘tocada’ economía ceutí. En cualquier caso, comentarios
positivos enjugados con la emoción del momento.
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