Los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, dejaron
ayer durante las cinco horas que pasaron en la ciudad
autónoma un mensaje de “apoyo” y “tranquilidad” que el
pueblo de Ceuta recibió en la calle respondiendo a la
llamada del presidente Vivas, que entregó al Jefe del Estado
la Llave de Oro y el bastón de mando de la ciudad. “Ceuta no
es un problema”, dejó claro al Monarca el presidente ceutí
en el Salón del Trono del Palacio autonómico, donde Su
Alteza Real le correspondió reconociendo que tenía “un
compromiso pendiente” con los ceutíes para manifestarles que
se deben a ellos como al resto de los españoles.
Ceuta es adulta y como tal se comporta. Ayer el Rey de
España pasó por aquí para refrendarlo y, como sus homónimos
de Oriente, cumplir un sueño para miles de ceutíes: ver al
Jefe del Estado en tierra caballa. Ochenta años después de
que su abuelo Alfonso XIII protagonizase la última visita
Real a Ceuta Sus Majestades Don Juan Carlos y Doña Sofía
cumplieron ayer el “compromiso pendiente” que, según asumió
el Rey en su discurso institucional en el Salón del Trono
del Palacio autonómico, ambos mantenían “con los ceutíes y
con sus autoridades, pero también con nosotros mismos como
Reyes que se deben, ante todo, a todos los españoles”.
Don Juan Carlos agradeció “de todo corazón” el cálido
recibimiento que le brindaron en la calle a su llegada a
mediodía a la ciudad unos 25.000 ceutíes, según estimaciones
oficiales, y aseguró que, treinta y siete años después de
pasar por la ciudad como Príncipe de España “no quería dejar
más tiempo sin venir a Ceuta para expresaros todo nuestro
afecto y apoyo, al igual que lo hemos venido haciendo en
tantas otras ciudades y lugares de España”.
Ante los diputados de la Asamblea y cerca de un centenar de
integrantes de lo más granado de la clase política,
económica y social de la ciudad Don Juan Carlos se
congratuló por ver con sus propios ojos e in situ a Ceuta
como “una urbe moderna y dinámica que ha sabido crecer y
prosperar en el marco de pluralismo y democracia que define
a España” y, en la única alusión, indirecta, a Marruecos,
subrayó que España es “un país plenamente integrado en la
Unión Europea que, desde el respeto mutuo, cultiva
relaciones de sincera amistad con sus vecinos”.
“Esta visita institucional debe ser valorada desde la
normalidad porque Sus Majestades han cruzado el Estrecho
pero no han salido de España”, había dejado claro minutos
antes, en línea con lo manifestado ayer por los líderes de
los dos grandes partidos de implantación nacional, el
presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, que tuvo la
altura política de atribuir el viaje tanto a “la voluntad de
Sus Majestades” como al “decisivo apoyo del Gobierno de la
nación”. Sus palabras fueron coreadas por la multitud que
siguió tanto su discurso como el del Rey a través de una
pantalla gigante instalada en la Plaza de África.
“Ceuta no es un problema”
Vivas dedicó su intervención a glosar la figura del Rey como
“la figura más importante de nuestra historia contemporánea”
y a subrayar que Ceuta “no es un problema” sino “todo lo
contrario”. “Ceuta se reconoce útil, viva y activa”,
apostilló, “y afronta el futuro con ilusión, como una
oportunidad para seguir progresando y aprovechar nuestras
muchas potencialidades”.
El presidente ceutí, que describió la visita como “la mejor
noticia que he recibido como presidente de Ceuta”,
transmitió con la voz emocionada “en nombre de todos los
ceutíes” a los Reyes su “agradecimiento, satisfacción y
alegría” por su viaje, así como la “lealtad, respeto y
cariño” que le profesa tanto la ciudad como sus vecinos,
cuyo fervor nacional a la hora de recibir a los Reyes fue
calificado ayer por la prensa internacional como catalizador
de “la mayor fiesta patriótica del periodo democrático en
España”.
“En esta tierra cuando decimos ‘¡Viva Ceuta!’ estamos
diciendo ‘¡Viva España!’ y ‘¡Viva el Rey!’, se sumó Vivas al
clamor popular para concluir su discurso, con el que puso el
broche de oro a la entrega de la Llave de Oro a Don Juan
Carlos, tal como había acordado hacer previamente la Junta
de Portavoces en una decisión sin precedentes que el
presidente supo adornar con palabras a la altura del
acontecimiento. “La lealtad de Ceuta es definitiva”,
proclamó Vivas, que no dudó en sumar a los títulos de “Muy
Noble, Leal y Fidelísima” que acompañan a Ceuta desde la
época de Felipe IV los de “centinela, baluarte y atalaya” de
la Patria. “Aquí nos tendrá siempre sin necesidad de
llamar”, aseguró a los Reyes antes de concluir afirmando que
“Su Majestad tiene abiertos de par en par el corazón de
todos los ceutíes con independencia de orígenes y lugares de
residencia”.
“Nuestro mejor alcalde”
La Llave no fue lo único que se llevó el Monarca, cariño y
devoción del pueblo ceutí aparte, de la ciudad autónoma. Don
Juan Carlos recibió de manos de Vivas el bastón de mando de
la ciudad (“por sus valores es nuestro mejor Alcalde”, dijo
Vivas), del que no se desprendió en ningún momento durante
su recorrido alrededor de la Plaza de África, donde primero
pasó revista a las unidades de Regulares, La Legión y
Caballería que le rindieron honores nada más poner pie en
tierra y después almorzó en La Muralla junto a 300
representantes de la sociedad ceutí tras recorrer todo el
perímetro de la misma a pie en loor de multitudes.
En el Parador La Muralla y antes de la pipirrana de gambas y
el lomo de sama asada que pudieron degustar Sus Altezas
Reales tras estrechar una a una las manos de los invitados a
la recepción Don Juan Carlos y Doña Sofía recibieron otros
dos regalos para su zurrón: la insignia de oro y brillantes
de la Federación de Vecinos y el libro ‘Visitas Reales’ del
investigador ceutí Paco Sánchez, editado en 1991.
Dos horas después, mientras Juan Carlos I descubría la placa
que declara oficialmente inaugurado y bautizado con su
nombre el Parque Urbano de los bajos de La Marina, el propio
Sánchez regresaba a su casa, sonriente y aparentemente
incrédulo entre decenas de ceutíes con su misma cara, como
el niño que se siente por fin mayor al cumplir un sueño.
Hace quince años el autor, rojo y caballa, remitió una carta
al Palacio de la Zarzuela advirtiendo a su inquilino de que,
aunque le disgustaba, no le enviaría un ejemplar de su
trabajo hasta que pudiera entregárselo en persona y en su
tierra. “Creí que nunca podría hacerlo”, reconoció como si
hablase por todo su pueblo, “pero la espera ha merecido la
pena”.
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Vivas subraya la necesidad de solidaridad que tiene
Ceuta, “pequeña, dulce, mediterránea y marinera”
El presidente de la Ciudad no dejó
pasar ayer el inmejorable momento que, en términos
mediáticos, le presentó la visita de los Reyes para tirar de
su repertorio habitual y, con un tono bastante más poético
de la habitual, ‘vender’ las esencias de Ceuta y reivindicar
la solidaridad del resto de España para conseguir “juntos”
que los ceutíes puedan disfrutar de “unos niveles de empleo,
prosperidad y cohesión social” iguales a los del resto de
compatriotas para superar los consabidos “condicionamientos”
que padece la ciudad por razón de su extrapeninsularidad,
alta densidad de población, reducida superficie o escasez de
recursos básicos”. “Como bien conocen Sus Majestades Ceuta
es pequeña, dulce y marinera, y tiene el alma mediterránea”,
soltó Vivas en medio de un discurso en el que no escatimó
apelativos hacia la ciudad autónoma. “Ceuta es solidaria”;
“Ceuta es hospitalaria, emotiva y espontánea”, afirmó Vivas,
que extendió esos mismos epítetos a todos sus vecinos, a
quienes atribuyó una condición prioritaria: “Ser y sentirse
España”, una característica que, según dijo, “además de ser
vocación es un vínculo de naturaleza consustancial”.
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