Es un largo fin de semana,
demasiado largo, y con ello una gran parte de la población
abandona su residencia habitual para desplazarse a la costa,
a la sierra o al pueblo donde viven sus abuelos.
Es importante para muchos este tipo de puentes, pero es
peligroso y mucho para todos los que se disponen a salir del
ajetreo diario para meterse en el “atasco de un fin de
semana”.
Al ir a salir de casa, en circunstancias como esta, pocos
son los que piensan que “ahora me puede tocar a mí”,
refiriéndose a los accidentes.
Desde la DGT se hacen anuncios de todo tipo, para que cunda
el miedo, especialmente, pero todavía no hemos visto que
desde este organismo se presione al ministerio
correspondiente para ir quitando alguno de esos muchos
puntos negros que hay en las carreteras.
Ni lo sé, ni me interesa, cual es el número previsto de
accidentes mortales en estos cuatro días de entradas y
salidas, desde las grandes ciudades, pero estamos seguros de
que el lunes, cuando se den los resultados, los números
reales y los que habían previsto no van a coincidir y si el
número de siniestros ha sido inferior al del año pasado, se
aireará en todos los medios, como un logro de ese siniestro
organismo que es la DGT, pero si, como viene ocurriendo con
frecuencia, los fallecidos son más de los que se preveían,
las disculpas saldrán por todas partes: exceso de velocidad,
no guardar las normas aconsejables, exceso de alcohol por
las noches ..., pero esos puntos negros siguen sin existir
para la DGT.
El dispositivo preparado para controlar el tráfico estos
días es enorme. Se habla de más de 8000 agentes de la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y se habla de
otros 400 funcionarios más.
Las fuerzas preparadas son suficientes, debieran serlo, pero
también está claro que el “dominguero”, en este caso
“puentero” que quiere quitarse el trajín de cada día, en
muchas ocasiones se olvida de las normas más elementales y
sale dispuesto a llegar pronto.
El tiempo, en esta ocasión, parece que no va a ser malo, con
lo que quitamos, ya de antemano, un peligro que, en
ocasiones, ha sido determinante para la circulación sin
normalidad.
El comienzo de la “operación salida” se inició el miércoles
a las tres de la tarde y, curiosamente, ya a esa hora había
atascos y fuertes en la salida de Madrid, con lo que los
madrugadores se vieron envueltos, ellos los primeros, en lo
que tanto desagrada a uno cuando viaja, los atascos.
De Ceuta, aunque no por carretera, lógicamente, la salida
también fue muy fuerte en la tarde del miércoles. Poco
importa el levante y las previsiones de más levante estos
días. Aquí, en cuanto se “cierra el comercio” son, o somos,
pocos los que pasamos el fin de semana, con lo que, el
domingo por la tarde, el “atasco” donde se produce es en
Algeciras, en el puerto, a la hora de volver de la
Península.
Aquí poco se puede hacer salvo que se amplíen los servicios
de las navieras, no es como por ahí fuera, donde se van a
habilitar más de 500 kilómetros de carriles adicionales para
regular el tránsito de vehículos. A pesar de lo cual, las
retenciones serán kilométricas, muy especialmente el
domingo. Lo importante, sin embargo, es que no haya
accidentes. Una utopía, por mi parte.
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