Día de difuntos ayer en el cementerio de Ceuta. Misa,
lágrimas y olor a flores entre los nichos. A las 11:30, los
militares de Ceuta rindieron honores a los caídos. Una
representación de cada unidad se citó junto a la capilla
para colocar una corona de flores al pasado. Al acto
asistió, como no podía ser de otra manera, Fernando
Carbonell, segundo jefe de la Comandancia General de Ceuta.
Tampoco faltó el guiño de los Regulares para con sus caídos
particulares, y mandaron flores al panteón que les
representa en el cementerio. Durante el acto de las 11:30 se
cantó el tradicional ‘La muerte no es el final’.
Posteriormente, se entonó ‘El toque de oración’. Carbonell y
José Soria (suboficial mayor del cuartel general)
depositaron la corona de flores.
A las 12:00, en una carpa habilitada para celebrar la misa
de difuntos junto a la capilla, las autoridades civiles y
militares acudían al acto. La única ausencia notable fue la
de Jenaro García-Arreciado, delegado del Gobierno. Sí
acudieron Juan Vivas, presidente de la Ciudad, Yolanda Bel,
portavoz del Gobierno, Mabel Deu, consejera de Educación y
Cultura, Adela Nieto, consejera de Sanidad y Celinia de
Miguel, viceconsejera de Calidad Ambiental.
Tras el día de todos los Santos, ayer llamó a la puerta el
recuerdo por los difuntos. La misa tuvo un color oscuro,
amargo, se vieron lágrimas, pero “este es un día lleno de
esperanza”, quiso resaltar Francisco Correro Tocón, vicario
de la ciudad y encargado de oficiar la eucaristía, a donde
acudieron más de un centenar de cristianos.
Una vez concluido el acto, Juan Vivas, en tono de respeto,
depositó coronas de flores por los motivos tradicionales:
uno, en recuerdo de los caídos en la Guerra de África; otro,
en memoria de Antonio López Sánchez-Prado; otra, por los
fusilados del 36; y, una última, para recordar la bomba del
36 que tantas vidas sepultó en Ceuta.
|