La placidez que noto en la ciudad contrasta con el resto de
ciudades del país donde, cada dos por tres, ocurren asuntos
de envergadura que ocupan grandes espacios mediáticos. A
juzgar por las declaraciones de nuestras autoridades, aquí
no pasa nada. Lo de las nóminas municipales, según palabras
del responsanble correspondiente, nunca ha existido… ni
existe ni existirá mientras tengan las riendas de la cosa
quienes las tienen ahora. David Copperfield es un aprendíz
en comparación con los magos economistas en el arte de hacer
desaparecer documentos comprometedores y convertirlos en
unas inmaculadas pruebas de que nada irregular se ha
cometido. Bueno, allá ellos, ya que ni yo mismo podría
comprobar “in situ” dónde ha ido el dinero de las tasas que
pagan los ciudadanos y sobre los que no han existido, hasta
antes de ayer, por el martes, anotaciones contables
puntuales.
Saltando a la acera de enfrente -¡ojo!, hace tiempo que ya
no es de uso exclusivo de los gais ni lesbianas- me topo con
supuestas decisiones, de nuestro mal ponderado Delegado del
Gobierno, que me llama en cierto modo la atención. ¿Tenemos
un nuevo Richelieu en ciernes?
Bien está que vele por los intereses propios de la
institución que está bajo su responsabilidad…, pero de ahí a
prohibir que sus subordinados se reúnan con quienes quieran
hay un enorme “socavón” antidemocrático. No creo que sea
cierta esta postura de Jenaro.
Cualquier persona, que no esté sujeta al régimen militar por
ahora, puede hacer gestiones y reunirse con quién le venga
en gana. No se puede utilizar el cargo, ni siquiera el Rey
puede hacerlo, para amenazar a nadie con castigos
contundentes.
Una cosa es la disciplina de partido; otra cosa es que,
después de proclamarse la “desaparición” del PSOE ceutí,
ponga supuestamente obstáculos al pleno derecho de
asociación y reunión de las personas que quieren levantar el
muerto, como un Lázaro político, para que vuelva a estar en
el campo de batalla. Lo que siempre digo: en Ceuta será
difícil que la izquierda esté unida, si no me equivoco el
PSOE es un partido de izquierdas ¿no?, y como mínimo esa
izquierda socialista no puede estar complementada con
“críticos” ni “oficialistas” sino con socialistas
simplemente.
A mí me cae muy bien, personalmente, García-Arreciado y por
ello me sorprendería sumamente esa postura casi
antidemocrática. No lo entendería por cuanto es un político
de un partido elegido para gobernar el país en unas
elecciones generales y por tanto no tienen nada que ver con
el partido socialista local. Una cosa es, como escribo en el
párrafo anterior, la disciplina de partido y otra muy
distinta la composición del propio partido por miembros de
distintas desviaciones políticas que no coincidan con los
principios de una rama de las muchas que configuran todos
los socialistas, que es la que gobierna ahora, y por ello
creo que están de más esas supuestas explosiones… “por
encima de mi cadáver”. ¡Jo!, ¡Qué fuerte!
Que quede claro que esta opinión no es un aseveramiento
afirmativo sobre lo ocurrido, ya que me he guiado por
informaciones de terceros y al no estar, naturalmente,
dentro de la “salsa” socialista no ratifico absolutamente
nada. Como Vds. verán, no es más que una opinión susceptible
de ser rectificada, como todas las opiniones equivocadas.
En fin, como demócrata que creo ser, me niego a aceptar esa
supuesta postura de Jenaro García-Arreciado, al menos con
eso contundencia.
Cambiando de tercio para entrar en plena actualidad, no deja
de sorprenderme ésta ciudad mía, y de Vds., en donde ni los
muertos pueden estar tranquilos. En estas fechas tan
indicadas que salga un pleito entre enterradores o
sepultureros, que es lo mismo, por un quítame allá esas
lápidas… de risa creo yo que es la cosa. Si no fuera porque
estamos en época de representaciones donjuaneras y el
respeto debe reinar por encima de cualquier batallita del
mármol… ¿por qué no lo dejan para después del día especial
de los difuntos? ¿Tiene que ser ahora?
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