Bien señores, si no quieren taza,
pues taza y media. Estamos llegando a lo que los Testigos de
Jehová llamarían el Armagedón. En efecto, parece que estos
últimos meses de la legislatura del PSOE van a constituir el
colofón de lo que han estado sembrando los socialistas
durante los tres años y medio del gobierno del señor
Rodríguez Zapatero. Si hace meses tuvimos que escuchar a los
tres mosqueteros de la propaganda de ZP –los incomparables
Athos-Rubalcaba, D’Artagnan- Pepiño Blanco y Aramis-López
Garrido; apoyados, desde su misteriosa e intrigante
identidad, por la condesa de Winter- De la Vega –; como se
cebaban con el PP, acusándoles de “crispar” y crear “alarma
social” a la ciudadanía. Ahora, que hemos tenido ocasión de
comprobar los efectos de la política de ZP, podemos
contemplar, en toda su cruda realidad, los efectos que ha
tenido sobre esta sufrida, lacerada y doliente piel de toro
en la que nos mantenemos, tambaleantes eso sí, los
ciudadanos que, rara avis, todavía creemos en esta entidad
única que es España. Los que sucede es que, por una rara
transmutación de roles, los papeles del Gobierno y la
oposición se han cambiado y, vean por donde, los que parece
que han tomado el testigo de la crispación y de la alarma
social son, precisamente aquellos que pontificaban contra la
oposición del PP.
Si nos atenemos a la famosa negociación con los etarras los
propios miembros de la banda se encargaron de ridiculizar
las declaraciones triunfalistas de ZP de final de año, con
un atentado con dos muertes al día siguiente en al T4 de
Barajas. Más tarde le agradecieron el trato exquisito con De
Juana y Otegui con un plantón en las negociaciones y la
ruptura de la tregua. Fracaso total ya anunciado por el PP.
La marcha de la Justicia durante la legislatura es para
echarse a llorar. Poner a los tribunales y a la fiscalía en
los niveles más bajos de credibilidad ante los ojos de la
ciudadanía como nunca en todo la historia de España estuvo.
Si Garzón cometió chapuzas en relación a detenciones de
peritos del 11-M; no fueron menos absurdas e impropias las
actuaciones de la fiscalía con los etarras y del propio
ministro de Justicia, Si entramos en las competencias del
ministerio de Fomento, más vale que corramos un tupido velo
sobre la actuación de la veleidosa señora Magdalena Álvarez
quien, aparte de ser gafe, ha tenido la actuación más
desastrosa al frente de su departamento que la que hubiera
podido tener ninguno de sus antecesores en el cargo.
Que una ministra haya conseguido convertir a Barcelona en
una réplica de un paisaje lunar con sus cráteres y todo,
parece una proeza muy difícil de emular.. Tres horas para
recorrer veinte kilómetros; tres o cuatro trasbordos de
autobuses, metros y paseos a pie para lograr llegar tarde al
trabajo; despiste total de las autoridades encargadas de la
organización; apagones; obras del AVE que se desmoronan un
día sí y el otro también; agresiones tipo Chicago años 30 en
los metros (donde un individuo arremete impunemente a una
menor); jueces y fiscales que no saben por donde andan;
autoridades que no saben, no pueden o no quieren intervenir
y, cuando lo hacen, lo hacen mal; amenazas a los partidos de
la oposición; sede de toda la escoria de Europa y ciudad
apoyada por los homosexuales y lesbianas como paraíso de sus
desviaciones ( hasta el punto de que, la Generalitat, se ha
hecho socia de su Asociación, pagando una cuota de unos
300€). Hasta tal punto ha llegado el lío que se han armado
entre la Magdalena Álvares y el Tripartit que, hasta los
PSC, han pedido su dimisión y el señor Montilla se ha
atrevido a enfrentarse con Zapatero para pedirle árnica.
Pero nadie dimite, nadie reconoce sus culpas. El Tripartit
acusa a la ministra de Fomento, ésta al Tripartit y a una de
las empresas contratistas ¡a la que acusa de sabotaje; las
empresas contratistas dicen que la obra no puede hacerse tan
deprisa si quieren que salga bien.
En fin, que los unos por los otros la casa sin barrer.
Esperemos que algunos recobren la sensatez y despierten de
su letargo a la hora de ir a elegir un nuevo gobierno!
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