No encontraríamos palabras para
describir la emoción y la satisfacción que nos produjo la
certidumbre de que nos encontrábamos ante la noticia,
histórica por excelencia, de la próxima visita de Sus
Majestades los Reyes a la Ciudad Autónoma de Ceuta.
La mayoría de ustedes vecinos ceutíes y lectores habituales,
bien a través de ‘elpueblodeceuta.com’, bien del Campo de
Gibraltar o de la Costa del Sol, habrán hallado en la
noticia parte de esa emoción que nos envolvió ante la
evidencia de que en sólo cinco días los Reyes pisarán la
tierra española donde se sitúan los límites terrestres de
nuestra nación.
2007 pues figurará para siempre, en los anales de la
historia de Ceuta, como el año en que el Rey Don Juan Carlos
I y la Reina Doña Sofía visitaron, como lo hicieron antes
sus antecesores, la España africana, la verdadera frontera
sur terrestre española.
Y se forjará en la historia esa fecha de calendario: 5 de
noviembre de 2007 para las generaciones venideras, como la
del 31 de enero de 2006 cuando visitó oficialmente Ceuta, y
como tal, un presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, 25 años después de que lo hiciera Don Adolfo
Suárez.
En realidad, al César lo que es del César, el reconocimiento
de sendas visitas oficiales, e históricas, hay que
otorgárselo a los responsables políticos actuales en Moncloa.
Es justo y necesario valorar en su medida el que el Jefe del
Estado llegue a Ceuta casi treinta años después de reinado
y, en estos precisos momentos.
En tanto minorías regionalistas y nacionalistas minusvaloran
la talla de S.M El Rey, en Ceuta como en Melilla encontrará
un calor evidente de una ciudadanía volcada con sus
monarcas, su bandera y su nación.
La labor diplomática del Gobierno ante Marruecos ha debido
ser interesante. Tiempo habrá para valorar negociaciones y
pactos. Los Reyes vienen y eso, ahora, es lo importante.
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